Capítulo I

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He vuelto a instalarme la aplicación de citas, me maldigo por ello. Prometí no volver a hacerlo desde que la última vez volví a llevarme un chasco, pero debido a que siempre estoy ocupada y tengo una escueta vida social no tengo alternativa si quiero seguir intentando conocer a alguien interesante.

El "match" surge al haber deslizado los dos el dedo hacia la derecha. Ahora puedo entablar una conversación con aquel Adonis —o al menos, ese es el nombre que aparece en la aplicación—.

—Ola wapa ke tal jeje

¡Ufff!... Bueno, igual pese a que me haya quemado un poco la córnea al ver su ortografía, el chico es buena gente. Démosle una oportunidad.

Es complicado encontrar a alguien con una conversación interesante en este tipo de aplicaciones; dado que la inmensa mayoría de hombres si están aquí es únicamente para engañarte e intentar meterte su langostino. Algunos se esfuerzan más que otros, y otros son más sinceros que algunos, eso sí.

Era un lugar oscuro de internet donde daban rienda suelta a su creatividad para camelarte con cuatro mensajes cochinos y enviarte la famosa y a su vez temida "foto polla".

Ahora me diréis que hay excepciones, bueno, yo sólo me baso en mi lastimosa y larga experiencia, para que no vayáis con muchas ilusiones, queridas; porque yo he aprendido a base de disgustos, y bien gordos. Siete años soltera y dando tumbos por este tipo de aplicaciones da para hablar largo y tendido de ello, ¿verdad?

Oh, ahora seguro que estáis pensando que no es el lugar idóneo para encontrar una pareja o algo más serio. Permitidme que os cuente que ya lo había intentado fuera de internet también, y había probado todo lo que se supone que hay que probar para conocer gente nueva.

Me apunté a clases de cocina, a sacarme el certificado de inglés, a viajar en solitario por el mundo, a irme sola a festivales de música, a entrar en páginas webs que son para conocer grupos de amistades cuando todo tu círculo de amistades está ya en pareja, excepto tú, claro, y por lo tanto; dejan de invitarte a sus quedadas porque ya no salen tanto, o en su defecto, entablan más amistad con otras parejas y tú vas quedando un poco descolgada. Bueno, y tus amigas que ya tienen hijos tienes que pedirles cita previa con al menos tres meses de antelación para que puedan organizarse. Seguro que os suena si habéis estado en mi situación.

¡Nada nuevo por el horizonte! Es lo que tiene llegar soltera a los 30, sobre todo, tras un largo periodo de intentos de romance fallidos.

Al menos durante este periodo de mi vida he aprendido a hacer la mayoría de mi ocio sola, y me he conocido más a mí misma, me lo he pasado bien. Pero he de confesar que tantos años ya, al final te aburres un poco y dices: Pero, ¿dónde estará mi compañero? ¿Por qué todo el mundo puede encontrar pareja menos yo? ¿Tan fea soy? ¿Será que me huelen los pies? ¿Se me escapan ventosidades mientras duermo? ¿Soy nefasta en la cama y los que me han alabado por ello me han mentido, igual que me han mentido sobre sus sentimientos? ¿Será por mi carácter de mierda, o porque digo muchas palabrotas? ¿Qué es lo que tengo de malo?

"¡El matrimonio y la mortaja del cielo bajan!" Me decía mi peluquero cada vez que iba a teñirme de un color de fantasía distinto al anterior que ya llevaba, y me preguntaba por mi estado sentimental. Pareciese que a mi alrededor las personas se sintiesen incómodas al verme durante tantos años sin novio, era como una presión añadida a lo difícil que ya era de por sí el encontrar a alguien.

"Es que serás muy exigente" Claro, porque de toda la vida has de conformarte con alguien que ni te atrae ni te gusta, solo por el hecho de no estar sola, ¿no? Ni que estuviese esperando a un Brad Pitt...

"Eso no se busca, aparece" te dicen otros... Muy bonito el dicho, sí, pero si estás trabajando, estudiando, vives sola y apenas haces vida social ¿Qué probabilidades hay de que "aparezca"? Es como buscar trabajo sin dejar tu currículum vitae en ninguna parte; o esperar que te toque la lotería sin ni siquiera comprar una, sería muy improbable. Pero las personas que llevan siglos con pareja o que nunca han pasado por esto, jamás entenderán la dificultad que entraña tal hazaña hercúlea.

Si a eso le sumamos que según un test de Google soy demisexual, apaga y vámonos.

Es decir, que yo nunca me he sentido atraída sexualmente por un chico debido a su físico. Ni siquiera de adolescente en la edad del pavo. El ver una foto de un hombre descamisado marcando abdominales me es totalmente indiferente, no despierta absolutamente nada en mí. De hecho, confieso que la mayoría de hombres a los que se les perdió la camisa e idolatráis de buena gana, me parecen un poco engreídos, y por ello no suscitan mi interés en conocerlos. Tampoco los que van con esmoquin abrochándose siempre el botón de la muñeca ¿Soy rara? Puede ser, porque yo para sentirme atraída por alguien he de conocer a la persona y entablar conversación profunda con él, que me encante y me ponga mucho su personalidad. Sin eso, es imposible.

Lo mismo opino de las chicas que actúan similar. Alguna habrá que no es engreída y que lo hace para gustarse a sí misma poniendo el culo en pompa con su mejor tanga y mostrando un pezón cuan diosa Venus; pero creo que en realidad es para subirse el ego y que las personas babeen por ellas, presumir de belleza, conseguir likes y sentirse socialmente aceptadas y deseadas.

En un mundo hipersexualizado y superficial, los demisexuales según un test de Google, somos los incomprendidos.

Sin embargo cada quien es libre de hacer lo que le plazca y ser feliz con ello, por supuesto. Pero, a mí ningún hombre va a ganarme enseñándome una foto de su tableta y mucho menos aún de su pene erecto. Este último acto me llevaría a bloquearle definitivamente.

Por eso mismo tampoco entiendo mucho las novelas de género erótico, porque contienen historias maravillosas de personas increíbles con cuerpos esculpidos y hombres con una poderosa verga. La vida real no es tan así. En realidad, para mí ha sido todo lo contrario. ¿Existe la relación perfecta? ¿El hombre perfecto, con un cuerpo de dios helénico, rostro sin máculas, joven, multimillonario, con buena ortografía, inteligente, sin hijos ni cargas familiares, que venga a salvarme en su helicóptero dorado, para llevarme colgada de su lomo a ver mundo y comer perdices?

Probablemente no. Por ello, en esta historia eso no va a existir.

Querido lector o lectora; esta es la novela anti romántica y anti erótica más realista que vas a poder leer. Especialmente, porque por fortuna o desgracia, está basada en hechos reales.

Y por esa superficialidad de la sociedad de la que estábamos hablando, en estas aplicaciones de citas todos intentan ocultar sus defectos físicos para intentar convencerte de quedar con ellos. Y yo, que soy una persona brutalmente sincera, que me vengan con mentiras es empezar con muy mal pie conmigo.

Por ejemplo, si veis que en el perfil de un chico sale siempre en las fotos con un gorro o una gorra, es porque tiene calvicie; si en todas sale con gafas de sol, lo más probable es que sufra de estrabismo, si no sonríe en ninguna, es porque le faltan algunos dientes. Hay otros que ponen una foto que ni siquiera son ellos, y no te lo revelan hasta que llevas un rato, o varios días hablando con ellos... Chiquillo, vamos a ver, si estás viendo mis fotos, lo justo es que tú pongas las tuyas, ¿no? Y por último, pero no menos importante, si las fotos no tienen muy buena resolución y parecen hechas con una webcam de los años 90, no te fíes, amiga; ese señor seguramente tenga la edad de tu padre y esas fotos son de cuando era joven y lozano. Así que a no ser que te gusten mayores como a la de aquella canción, yo huiría.

Decían que a esta edad ya tienes que estar casada, con hijos, con un buen trabajo, con hipoteca, coche, perro, gato, y además sin haber engordado un gramo, teniendo tiempo para ir al gimnasio, llevando una vida social plena y siendo feliz ¿Alguien lo ha conseguido?

Permitidme que me presente: Me llamo Oihane y estoy soltera, sin hijos, con un trabajo normalito, vivo de alquiler, el coche lo vendí, tengo perro y gata, no tengo apenas vida social, estoy continuamente a dieta y me esfuerzo por ser feliz ¡Un placer!

En mi tiempo libre soy una escritora frustrada; de fantasía oscura, ciencia ficción y terror.

Pero bueno, heme aquí, escribiendo mi particular historia de terror realista respecto a mis desamores y citas de internet.

—Hola, Adonis. Muy bien, ¿y tú? ¿Ese es tu nombre real?

¡Se me ha ido el filin!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora