messed around

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Casi anocheciendo, en algún lugar alejado del campamento...

De haberlo sabido, habría llegado al lugar acordado mucho más antes. Pero no lo sabía, así que estuve toda la tarde dando vueltas de un lado a otro. Deambulé como un perro callejero dentro de los límites del bosque establecidos por el campamento. Descubrí nuevos senderos, avisté todo tipo de avecillas e insectos y, tras resbalar por un terraplén empinado, me las arreglé para no quedar inválido. Suficientes méritos para ser consagrado como un boy scout y recibir el premio a la peor forma de hacer tiempo en 2024.

Jaja, qué mierda de situación.

¡Ese no era yo! No del todo. Tampoco es que sufriera de productividad compulsiva. Simplemente, no era frecuente que yo perdiera la noción del tiempo y dejara pasar las horas como quien desliza las hojas de un recetario cutre comprado en MercadoLibre.

De hecho, llevaba cierto control sobre mi vida: procuraba ser organizado, gentil y puntual con mis horarios, terminaba a tiempo los quehaceres y proyectos escolares y la pasaba bien con mis amigos. Era un adolescente que había crecido entre casas adosadas, áreas verdes y una familia monoparental... Y había conservado la dignidad (que muchos de mi edad habían dejado volar) para terminar con las rodillas rasgadas como papel seda.

Aunque estábamos en octubre y el sol brillaba, se había levantado una fría brisa que provenía del este. Uno que bajaba desde la sierra.

"Cuando sopla el viento del este, puede pasar cualquier cosa".

Al caer por el terraplén, había terminado cerca a un arroyo de aguas cristalinas. Me acerqué, me limpié un poco las heridas y decidí que ya había paseado lo suficiente. Sentía cierta tirantez en mis brazos, pero le resté importancia.

Fui al río que estaba por la "salida" del bosque (si es que el bosque tenía salidas).

En realidad, tuve que subir por donde me había caído y regresar por el mismo sendero con dirección al río. En fin.

Sabía que me encontraría a Gino allí. Pero no esperaba ver a JF, conocido por sus múltiples alias. Llevaban ya un rato sentado con cubetas y cañas. JF, o Big Money E' para los amigos, me reconoció y exclamó un "Eyyyyy, Ssssebasss".

Gino ni se inmutó. Fruncía el entrecejo y mascullaba maldiciones de carácter divino arrancadas por la frustración que sentía ante el arte de la pesca. Podría haberme quedado allí toda la tarde siendo testigo de los intentos de mi amigo por atrapar una trucha que desafiaba el puñetero darwinismo (Gino lo sabía mejor que nadie), de no ser por mis rodillas adoloridas.

—¿Qué haces aquí, Sebas? —me preguntó al darse cuenta que me había quedado de pie como idiota.

No sé, la euforia que se siente en el campamento es radioactiva. Tenía que despejarme un poco y estaba dando un paseo por allá —señalé los árboles y, de pronto, una bandada de aves salió volando del lugar.

Gino me observó con cara de póker hasta que vio el desastre que estaba hecho.

Putamadre, Sebas. ¿Seguro que solo fuiste de paseíto por el bosque? ¡TUS ROD...

Calma, Gino, calma. —Big Money E' dio un paso hacia adelante—. Ya nos dimos cuenta que las rodillas de Sebas están hechas mierda. Mis condolencias, por cierto. Pero lo que a mí me intriga es eso que tienes en el antebrazo... Parece un...

Tatuaje.

Nos quedamos en silencio observando mi antebrazo. Había una mancha rara cuyos matices develaba el dibujo de un ancla. También una especie de cadena que lo envolvía y una coronilla en el centro.

tf is this...

Seehhh... —Big Money E' me revisó de arriba a abajo—. ¿No te encontraste con el tunche o algún enanito selvático? Con mis amplios y confiables conocimientos sobre tatuajes, con toda certeza puedo afirmar que el tuyo es una mala praxis, broh.

Observé el dibujo con mayor atención.

A lo mejor tras caerme por el terraplén y aterrizar al lado de una arroyo, mientras me mojaba el rostro y revisaba las heridas causadas, un enanito selvático vestido con tapujos hechos de hojas de plátano se encaprichó conmigo por haber aterrizado intempestivamente en su territorio y me castigó hechizando mi antebrazo con un tatuaje... curioso.

Joder, sí. JF tiene la boca llena de razón y los pensamientos claros.

Menuda idiotez la tuya, Jefferson. —Gino se dio la vuelta y con prisa recogió las cubetas. Le tendió las cañas de pescar a JF y habló con seriedad—: Será mejor que volvamos ya, la lluvia empezará a caer en cualquier momento.

Miré al cielo. Las nubes tenían mala pinta y yo estaba cansado. Gino estaba en lo cierto.

Regresamos a duras penas. En cada paso que daba, sentía punzadas terriblemente dolorosas en las piernas. Gino le encargó las cubetas a Big Money E' y puso su brazo en mi espalda, ayudándome a caminar. Se lo agradecí.

Hablando seriamente, Sebastian, hay algo que no me cuadra con esa marca tuya.

Quizá alguien me lo dibujó anoche mientras dormía. Un intento de broma o algo así.

Seguro que sí —afirmó JF—. Te lo habrán dibujado con algún plumón de tinta permanente de 48 horas... Aunque a mí la historia del enanito selvático me resulta más creíble.

Negué con la cabeza riéndome de tal ocurrencia. Gino estuvo pensativo hasta llegar al campamento.

Ve a que te curen esas heridas, Sebas. Cuánto antes mejor, o empeorarán. Tú —hablándole a JF—, acompáñalo o se caerá. Lo siento, Sebas, pero tengo que ir a buscar una cosa importante. Jefferson, dame las cubetas y las cañas para guardarlas —JF se las tendió—. Vale, bien. Nos vemos en la fogata de esta noche, chicos.

Mi amigo se alejó rápidamente hacia la cabaña principal de Villa Aqua.

Gino está raro —sentenció JF—. Sssebasss, apóyate sobre mi hombro para ir al tópico.

Ya puedo caminar, ¡de verdad! Gracias Jefferson, pero creo que me vendría genial dar 15 pasos solo y no morir en el intento.

Big Money E' se encogió de hombros.

Como tú quieras, broh.

Además, tienes que devolver los pases de la salida al río con la administración cuánto antes o no te dejarán asistir a la fogata.

Mierda. Es verdad... Y ya casi son las 7 y significa que ya no habrá atención, ¡CARAJOOO!

JF echó a correr mientras gritaba: "YA NOS VEMOS SSSEBAAASSSSS". Sonreí como pude y le hice un gesto con la mano.

Me quedé solo. No había ningún compañero en los alrededores, supuse que algunos estarían en sus cabañas, otros volviendo de los tours y pocos en la residencia principal, que quedaba a 50 metros en línea recta.

Suspiré vencido. En realidad, no podía dar 15 pasos y no morir en el intento. Pero necesitaba pensar en qué había ocurrido para terminar con una marca extravagante en mi antebrazo. La tirantez seguía presente y las punzadas que sentí en el corazón casi me hacen caer de nuevo. Algunas gotas de agua se resbalaron por mis mejillas y luego por mi ropa. Alcé la mirada y me encontré con el diluvio universal cayendo sobre mí.

Genial. Bajé mi cabeza y me toqué el antebrazo.

Gracias, madre naturaleza. Eres sumamente indescifrable.

Estaba por enfrentar mi destino cuando, repentinamente, dejé de sentir las gotas sobre mi cabello. Un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando una mano me tocó el hombro.

Sentí el viento del este en mi rostro.

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capítulo piloto 🤠

xfa apoyen esta chorrada d mal gusto

all of us are dead (adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora