brother © namjin

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Parte 2/2

—¿Yoongi no está en casa?

—¡Que no, ya te lo dije veinte veces! Entra!

El rubio asustado miró a todos lados antes de pasar una pierna por la ventana con cuidado y luego la otra para así quedar sentado en la superficie, atrajo al pelinegro hacia él sonriente y tomó ambas mejillas de éste para luego sin esperar, juntar sus labios dulcemente.

—Te extrañé.

—Nos vimos ayer en el lago.– rodó los ojos sonriente.

—Es mucho tiempo de ayer a la tarde a ahora a la noche.

—Bien, eres un cursi.– sonrió rodando los ojos pero dejando un piquito rápido en sus belfos.–Pasa.

Namjoon rió y se inclinó para adentrarse completamente, pero en cuanto la punta de su zapatilla tocó el piso, la puerta fué abierta abruptamente y ambos miraron aterrados hacia la entrada.

—¡Se están juntando sin mi otra vez!

—Dios Jungkook, pensamos que eras Yoongi.– Namjoon suspiró aún en la ventana con una mano en su pecho por el pequeño susto.

—¿Que yo qué?

–

—Lo he dicho no una, ni dos, ni cinco, ni cincuenta veces. ¡Lo dije mil cuatrocientas cincuenta y ocho veces!

—¿No es escalofriante que las haya contado?– Jungkook susurró a Seokjin a su lado en el sillón y éste lo ignoró sin intención, como todo el discurso estúpidamente exagerado de su hermano.

—Yoonie, no tengo catorce años, sino diecinueve. Ya soy grande y puedo salir y ver a quien quiera. Tú también lo hacías a mi edad.

—Pero, pero...

Seokjin se paró suspirando y envolvió al mayor en un abrazo que poco a poco fué correspondido.

—Siempre seré tu hermanito ¿bien? Sólo déjame disfrutar un poco mi vida, de por sí no tengo muchos amigos más que Taehyungie que vive al otro lado del mundo ahora. Dame una oportunidad ¿si?– lo miró suplicante y el otro conectando su mirada suspiró y cerrando los ojos asintió a duras penas.

—Bien bebé. ¡Pero! Nada de encerrarse en tu habitación.– señaló a Namjoon mirándolo sobre el hombro de Jin y éste tragó pesado asintiendo asustado. Yoongi dejó un beso en la cabeza del menor antes de separarse y desaparecer por el pasillo de la cocina volteando cada tanto a vigilarlos serio.

—Bien... la bestia está en el corral. ¿Qué quieren hacer de divertido?

—Um Jinnie y yo teníamos planeado mirar películas hoy los dos.

—¡Genial! Andando.– se levantó comenzando a caminar arriba con emoción, la pareja se miró con una mueca pues sus planes de estar por fin después de tanto tiempo solos, se habían esfumado.

–

Un día más de calor era presentado a las cuatro con veintisiete minutos de la tarde. Seokjin refunfuñaba por el sol pegándole fuera, aún que ya estaba acostumbrado.