[the city of fury]

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¿Sabrás ocultarme bien y desaparecer, entre la niebla? Un hombre alado

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¿Sabrás ocultarme bien y desaparecer, entre la niebla? Un hombre alado...


Los focos parpadeaban en esa gélida y lóbrega noche, eso YoonGi pudo distinguir a través de su rota tela café como cortina

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Los focos parpadeaban en esa gélida y lóbrega noche, eso YoonGi pudo distinguir a través de su rota tela café como cortina. Su nariz completamente roja por el frio. Ese viejo reloj marcaba las cinco y media de la madrugada, y él ya anticipaba la visita.

En su deteriorada pensión vivían siete personas, sin incluir los dueños. Cabe recalcar que su barrio era de los más marginales en Seúl, ahí la policía no se atrevía a entrar, había muchísima delincuencia, drogas y personas conocedoras de secretos, no les convenía tentar a las masas mafiosas que sus propios jefes hilaban.

Él llegó a este punto olvidado por Dios debido a su falta de dinero, teniendo como única opción de pago esa pieza con goteras y papel tapiz magullado. Todos en ese lugar vivían con un ceño marcado, y caras amargadas. Al principio fue desolador, pero luego llegó la costumbre a su puerta. Ya hasta le resultaba familiar el rostro indescifrable de HyeJoo, o los múltiples insultos de JaeBeom hacia el caldero del edificio.

Aunque de pronto un golpeteo cambió todo eso.

Jeon JungKook, un chico simplemente hilarante. Su sonrisa similar a la de un conejo le daba un aspecto tierno, algo irónico pues su cuerpo tenía una buena contextura y definición. Ese vecino de al lado, que en algún punto de su vida se presentó con su cabello ordenado y piel perfecta ya no estaba, ahora sólo habían bolsas negras marcadas bajo sus ojos, cabellera descuidada, y granos en su rostro.

Suspiró ante el sutil recuerdo de su vecino jovial.

Él había caido profundamente por JungKook.

Unos toques casi imperceptibles hicieron eco en la mente de YoonGi, que descalzo fue rápidamente a la puerta, abriendo al instante en que su mano tocó la manilla.

Con el crujir de la vieja madera, vio parado a Jeon, tapado con una mascarilla y jockey negro. Se recostó con una expresión cansina, mirando fijo al azabache que nerviosamente movía sus manos por sus piernas.

in caligine ── kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora