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De nuevo el solitario Jeno estaba sentado en la biblioteca. Ahora lo único que hacía era pensar, pensar y pensar. Ah, pero no pensaba en cualquier cosa; su mente estaba total y completamente centrada en una persona en especial.

Na Jaemin. El que hablaba de más.

Extrañamente, el castaño lograba colarse en la mente del pelingero hasta cuando estaba en la ducha. No había conseguido poder dormir durante la noche puesto que en sus sueños, la imagen de una relación con Jaemin se colaba de una manera realmente extraña.

Jeno se preguntaba cómo era posible aquello. ¿Qué demonios Jaemin de especial? Siendo sinceros, el castaño siempre había tenido la atención de Jeno. Aquella deslumbrante sonrisa y ese caminar seguro hacía tiempo que tenía a Jeno pensando. ¿Jaemin le gustaba?

- Ah, ¿qué demonios me pasa? -se dijo en un tono frustrante mientras tiraba ligeramente de sus cabellos.

Toda esa situación lograba hacerlo sentir mal. Un extraño pero reconocible sentimiento se alojaba en su estómago cada vez que pensaba en él. Oh no, Jeno no podía estar enamorado del chico, eso sería, técnicamente, la peor cosa que le pudiera haber pasado.

O quizá la mejor.

Realmente intentaba alejarse de aquella tontería. Porque sí, Jeno creía que estar enamorado -en especial de Jaemin- era una tontería.

Jeno no había experimentado en su totalidad aquello de "enamorarse". Había llevado algunos chicos a casa, para presentarlos a sus padres, pero en si jamás había tenido aquel sentimiento de amar. Eso que todos caracterizaban como una de las mejores y peores cosas que pudieras sentir.

- Hola, Jeno -una voz conocida se escuchó.

Misteriosamente, la cara del pelinegro enrojeció en un segundo. Unos aleteos se sintieron en su torso bajo, logrando hacerlo sentir del asco. Instintivamente dió un pequeño golpe a su estómago, en intento a parar aquel sentir.

- Estúpidas, salgan de ahí -susurró Jeno con la cabeza baja, mirando directamente a su estómago.

Dirigió la mirada al alto Jaemin. El castaño aplastaba su cara con la palma de su mano, mientras una cara confundida la decoraba. Jeno borró al instante cualquier señal de sonrojo y frunció el seño ligeramente curioso y enojado sobre el por qué de la cara larga de Jaemin.

- Hola, Jae -su voz sonó algo nerviosa; se dió una bofetada mental y su semblante pareció cambiar al seguro-. ¿Por qué tienes esa cara larga?

Todo parecía apuntar al problema de hacía dos días. No había podido negar que después de salir de la cafetería con aquellas palabras dichas a Mark, un sentimiento de orgullo crecía en el vacío de su corazón. Así es, aunque después de eso no vio a Jaemin cerca de él.

Parte de eso le hizo sentirse realmente miserable.

- Ya sabes, problemas de siempre -respondió.

La cara de Jaemin realmente le hacía sentir lástima. Demonios, eso no estaba bien. Moría por saber qué era lo que le pasaba, para después ayudarlo en lo que pudiera. Siempre intentando que todo estuviera bien en su vida. Un propósito que, desgraciadamente, no le pertenecía.

Aún.

El silencio reinaba en la mesa. La sigilosa mirada de Jeno estaba posada sobre el de cabellos claros, intentando arremeter en su mente y saber qué pensaba. Observó bien al chico; era realmente guapo, su cara era casi completamente simétrica. Dos bellos ojos eran acompañados con unas cejas gruesas y oscuras. Y esos labios, cielos, esos labios parecían estar compuestos por frutos deliciosos.

Quería besarlo.

- ¿E-esos problemas tienen que ver con Mark? -un pequeño tartamudeó salió de sus labios seguido de una pregunta que no tomó muy bien el chico de frente suyo.

- No -la respuesta que el otro dijo fue segura.

Casi como si hubiera roto aquella relación. Eso era, completa y totalmente imposible, pero se valía de todas maneras soñar.

Jeno agradeció que la respuesta fuera tal. Se había prometido -estúpidamente- a que si el de piel marrón volvía a hacerle algún tipo de daño al castaño, no se quedaría de brazos cruzados. Realmente estúpido pero era necesario.

- Hay alguien que -La segunda palabra alarmó a Jeno. Se recargó hacia adelante acercándose peligrosamente al castaño-... Me hace dudar.

¿Qué? La mente del menor comenzaba a sobre-trabajar. ¿Dudar? ¿Dudar sobre qué? Ese alguien era lo que más le preocupaba.

- ¿Dudar? No entiendo, Jaemin.

- Hace que mi cabeza explote -sus manos se movieron raramente-. Me hace dudar sobre qué siento. Hace que mi estómago se sienta... Raro.

El pelinegro se desilusionó. Cientos de estrellas de cartón se le vinieron encima, aquellas estrellas que se había encargado el mismo en hacerlas, recortarlas y pintarlas. Había sentido aquellas estúpidas mariposas mientras que vivía entre esas estrellas.

Se consideraba un idiota de los buenos.

Aunque no culpaba al castaño, nadie se enamoraría del triste Jeno. Ese que comía solo porque a nadie le caía bien.

- Ah -su expresión era decaída, al igual que su sentir-. Y... ¿Quién es?

- Me tengo que ir.

La sonrisa del menor solo consiguió que Jeno se sintiera ligeramente más emocionado, enojado, triste y decaído. En serio, en serio, en serio quería saber sobre aquel chico.

¿En realidad estaba enamorado de Na Jaemin? Por favor, apenas hacían unos días que se habían conocido. O más bien, que Jae había conocido a Jeno. El castaño siempre había estado dentro de la mira del mayor, lo conocía y sabía muchas cosas sobre él.

Todo apuntaba a que el joven Jeno tenía desde mucho antes un gran crush en Jaemin, pero no había sido capaz de decirlo libremente. No era de ese tipo de chicos.

- ¿A dónde vas? -la pregunta tomó desprevenido a Jaemin.

- A casa -respondió. Ladeó su boca-; en realidad no, faltan cuatro clases. De hecho voy a ver a Mark, necesito aclarar unas... Cosas con él.

- ¿Qué planeabas con decir que irías a casa? -la risa del mayor resonó en los oídos del menor-, ¿que te invitara un helado?

Jaemin sonrió ladino ante el reciente recuerdo y se regresó a verle. Se observaron entre sí, buscando alguna respuesta para aquello. No. Se observaron admirando lo que había en el otro.

Todos creemos que están ciegos.

- Espero no equivocarme en lo que haré -dijo Jaemin al aire, dando media vuelta y alejándose de un Jeno demasiado confundido.

boyfriend [Nomin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora