37.Presente

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Narra Daniel

Había pasado una semana desde que todo cambio, ahora tenía a mi hijo en mis brazos, algunas veces pasaba las noches en vela intentado encontrar el motivo de su llanto o solamente estaba ahí velando su sueño.

Y era todo una locura pensar que ahora tendré un motivo más para seguir viviendo.

—Hola chiquilla —dije entrando a la cocina.

Estaba con una bata de seda y un moño mal hecho haciendo el desayuno.

—Hola amor, al fin despiertas —dijo y me miro con una sonrisa.

—El bebé es el mejor despertador.

—Ya le encontré un horario, se despierta a las dos de la madrugada y luego a las ocho, pero en el día es bastante complicado —Me acerque y bese su cuello.

—Para eso estamos los dos.

Todo a cambiado desde que salimos del hospital, ahora nos turnamos en las noches para cuidar al bebé y he dejado de ir a trabajar para estar pendiente de los dos.

Pero es algo complicado porque la chiquilla es bastante necia, pero hay vamos.

—Y por eso te amo, no me has dejado sola en ningún momento.

—Prometí cuidarte y lo seguiré haciendo chiquilla —dije y se voltio para mirarme.

—Sigues siendo un hombre de promesas —susurró y me beso.

Agarre su cintura y la atraje más hacia mi, era bastante raro que ahora no tenía una barriga que nos dividiera, pero me agradaba volver a sentirla, así, pegadita a mi.

—Si la vida me lo permite quisiera que fuera para siempre —dije y sonrio.

—Algo me recuerdan esas palabras —Nos miramos y reímos.

Creo que se las había dicho hace algunos años, pero a veces funciona repetir momentos.

—Tal vez las dije en algún momento —La agarre de los mulos y la sente en la encimera—, pero creo que he cumplido mi promesa.

—Siempre he amado cuando dices promesas al aire.

—Un día dije que terminaríamos teniendo una familia y aquí estamos —dije y sonrió nerviosa.

Me acuerdo perfectamente de ese dia, su mamá nos preguntó si queríamos hijos y mi única respuesta fue que algún día quería un hija con los ojos grises y sabia que era una locura pero desde ese momento sabia que algo pasaría entre nosotros.

Aunque no sabia si mis sentimientos eran correspondidos, tiempo después encontré la respuesta.

—Y al final resulto así —dijo y acaricie mi cabello.

—Es de locos chiquilla pero desde que decidimos arriesgarnos sabia que algo pasaría.

—Yo también lo sabía Dani, pero preferiste dejar todo como amigos.

—Eran cinco años a la distancia Luisa, no podía hacerte eso —Sus ojos conectaron con los míos y sonreí como auto reflejo.

Cuando nos separamos aún la amaba y meses después mi corazón le seguía perteneciendo, pero no podía atarla a una relació a distancia por cinco años, seria demasiado egoísta de mi parte y me habia prometído hacerla feliz.

Aunque sabia que podíamos vencer eso y más, pero ella merecía a alguien que estuviera en cualquier momento, que no tuviera que tomar un avión solo para robarle un beso, así que preferí seguir como amigos antes de arruinar algo entre nosotros.

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