38.Pasado

293 28 1
                                    

Ocho años atrás

Era fin de semana y estaba volviéndome loca, ya la semana de descanso se había acabado y toca el tercer semestre, pero realmente estoy agobiada por todo lo que va a suceder.

Este es el último año para algunos y cuesta saber que las personas crecen, los años pasan y que todo avanza sin importar los miedos que tengas.

—Chiquilla estas llorando —pregunto dani abrazandome de la cintura.

—Nopi —respondí mientras me limpiaba los ojos.

Estábamos en mi cuarto viendo una película, pero esta termino bastante triste y no pude detener la emoción y mucho menos las lágrimas.

—Mentirosa —Me dio una nalgada y voltie los ojos.

Desde hace una semana volvimos a ser inseparables, ya Daniel ni sale de mi casa, quiere cuidarme y recuperar el tiempo perdido y como teníamos libre en el colegio aprovechamos para hacer un montón de planes con la pandilla.

Aunque nos sirvió para aclarar algunas cosas, hablamos sobre todo lo que había pasado y descubrimos que seguíamos siendo los mismos, porque pudimos habernos alejado pero eso no afectó nada esta relación de mejores amigos, todo lo contrario, se hizo mucho más fuerte.

—Tengo cosas que hacer Dani.

—La ocupada le dicen —Me miro divertido y le di un guantazo.

—Oye, no tengo la culpa de que la semana se acabo —Me encogí de hombros.

Me dirigí a mi escritorio y intenté ordenar el desastre que tenía, odiaba ver tanto desorde.

—Hagamos algo para que calmes esas aguas chiquilla —dijo y me agarró de la cintura.

—Me agrada esta distracción —dije y reímos.

Me beso y agarro de la cadera para que no hubiera ningún espacio entre nosotros, su boca me devoraba con ganas y yo solo intentaba seguirle el ritmo, pero de pronto caí sobre la cama y el estaba encima de mi.

—Estoy amando esta vista —susurro cerca de mis labios.

—Yo debajo de ti.

—Correcto —Me beso el cuello y me incline para darle más accesibilidad.

—Daniel —chillé cuando me mordió el hombro y el muy descarado se río.

—Dime —Me miro burlón y lo bese.

Me quito la camisa y sus besos se dirigieron al borde del sostén, pero antes de intentar otra maniobra me miro como si buscara mi permiso.

—Si —susurre nerviosa.

Me quito el sostén y me sonroje, era la primera vez que me veía así, desnuda ante sus ojos.

—Eres hermosa chiquilla, nunca dudes de eso —dijo acariciando mi mejilla.

Me volvió a besar, pero era un beso demandante, autoritario, salvaje y me sorprendía la manera en como me hacía sentir, quería más de él, pero cuando bajo los besos a mi cuello y mis senos, supe que debía detenerlo.

Larga HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora