El examen

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Aquí estoy, bajo la intensa lluvia, dejando que las gotas me acaricien las mejillas suavemente dejando tras de sí un rastro gélido. Mi pelo castaño se mueve al ritmo del viento, y mis ojos café sueltan pequeñas lágrimas que se mezclan con las gotas de lluvia. Mi cuerpo semidesnudo apoyado sobre el frío suelo.
Mis partes del cuerpo se congelan, se inmovilizan, sintiendo un dolor que ignoro.
Mis manos y cara llenas de una cálida sangre, desapareciendo poco a poco por el abundante agua que cae sobre mí.
Me encuentro recostada en mitad carretera, la luz de la luna me deja visualizar con claridad cada detalle que me rodea. La verdad se siente bien... Mi fría piel rasca sobre el raspado suelo, causándome escasas heridas que con el frío se vuelven más dolorosas.
Pero mejor... mejor empecemos por el principio, si?

-RRRRRRIIIIIINGG.

El sonido del timbre me devuelve al mundo real.
Es la hora de irse a casa, así que recojo mis libros y los meto apresuradamente dentro de mi mochila.
Espero a Alex en la puerta de la salida.
Alexandra siempre a sido mi mejor amiga, prácticamente desde que nací a estado al lado mio. No tengo ni un solo recuerdo donde ella no estuviera conmigo, supongo que eso es lo que hace una verdadera amistad, no?
La oigo gritar mi nombre a lo lejos.
-¡Eyy!, ¡Gala!.
Se precipita a acercarse a mi.
Su pelo castaño con reflejos rojos se deslumbra sobre el fecundo aire y sus ojos verdes resaltan a lo lejos.
-¡Alex!, ¡Aquí!.
Las dos juntas nos dirigimos a una cafetería cerca del instituto. Solemos ir allí de vez en cuando, después de clase. És un lugar tranquilo y con poca gente. Habitualmente hablamos de cosas poco interesantes, pero mañana tenemos un examen para cagarse, así que decidimos repasar un rato juntas.
Al acabar de tomar nuestros cafés y estudiar, nos precipitamos a pagar la cuenta e irnos a casa.
-¡Ayyy!, ¡mi pequeño Sirius!
Si, señoras y señores, niños y niñas, así se llama mi perro.
Quienes no os hayáis leído la saga de "Harry Potter" no entenderéis la referéncia. Sirius és un personaje de esta saga, y uno de mis personajes favoritos, y como yo siempre e sido muy extravagante para los nombres, se me ocurrió llamarlo así, original verdad?
Al entrar a mi casa, mi perro me recibe con mucho entusiasmo, eso es que quiere que lo saque a pasear o que le de de comer, así que como mi tiempo está limitado, me decanto por la segunda opción.
Como ya e dicho, mañana tengo un examen bastante importante, ya que estamos terminando el curso y, sinceramente, no me apetece cagarla, no ahora. Nunca e sido una estudiante de 10, pero nunca suspendía y, considerándolo, me declaro una de las personas mas inteligentes de mi clase, o al menos, yo si estudio.
Saludé rápidamente a mis padres y me subí corriendo a mi habitación, tropezándome así con un escalón.
Estuve toda la tarde estudiando para este examen, que ni me molesté en darme cuenta de que me quedé dormida encima de mi escritorio.

DÍA SIGUIENTE

-¡Mierda!¡Me quedé dormida!¡JODER!
Y así, así es como se empieza bien un día. Por suerte, me dio tiempo a vestirme y prepararme la mochila, hasta que recuerdo que no acabé de estudiar. ¡MIERDA!
Dándome igual, decido presentarme al examen sin haber siquiera acabado de estudiar la parte que el profesor dijo claramente que entraría, y además, contaría más nota, ya que las redacciones en esta materia cuentan el doble que en otras materias.
Joder, ¿porqué el destino me odia tanto?
Mientras el profesor se pone a repartir los test, mi mano desconsoladamente empieza a temblar.
En un abrir y cerrar de ojos me encuentro con el test delante de mí.
No, no puede ser...
Solamente sé 3 respuestas, ¡3!
Cuando estoy por abandonar mi examen, mi mano empieza a escribir como si me supiera todo, rellenando cada línea con palabras que ni si quiera me da tiempo a leer.
En unos 5 minutos acabé por completo el examen. Terminé antes que cualquiera, y eso hizo que todos los ojos cayeran sobre mi cuando me levanté para entregarlo.
El profesor, con desgana, me dio una mirada de molestia y ignorándolo corrí hacia el baño.
-¿Qué me pasa?¿Qué...? -murmurando, me doy cuenta de que algo dentro de mi empieza a desatarse, empieza a revelarse.
Es como si otra persona hubiera estado en aquel examen y no yo, como si hubiera alguien dentro de mi controlándome. Diciéndome lo que tengo que hacer, guiándome.
Histérica decido salir de aquel pequeño lavabo y mirarme al espejo que tengo delante de mí.
Pasan segundos hasta que me doy cuenta que el color de mis pupilas a cambiado, ¡JODER! El color de mis ojos ya no és ese marrón café, no, ahora és un rojo penetrante, pero no solo rojo, por la parte de arriba son negros, dejando así un degradado empezando con negro y terminando con rojo.
Sin saber que pasa salgo disparada de aquel lugar y me dispongo a correr a mi casa. ¿Qué me pasa?¿Cómo es que mis ojos han cambiado a ese color de repente?¿Y...porqué me siento más débil? Dejando mis pensamiento a un lado, decido volver al lavabo para ver si aún tengo mis pupilas rojas. No, las tengo marrón café. ¿Qué?¿Me lo habré imaginado? No, no puede ser, sé perfectamente lo que vi.  
Confusa me acuesto en mi cama.


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⏰ Última actualización: Jul 15, 2021 ⏰

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