•Capítulo 4

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Bajo un atisbo de enojo y a la vez añoranza

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Bajo un atisbo de enojo y a la vez añoranza. El rubio se debatía entre permanecer en sus aposentos o salir luego de casi cortar las cabezas de sus guardias y desaparecer el cuerpo con vida de la secretaria.

Pero, sin embargo, solo había estado esas 48 horas como una estatua observando el pasadizo que había abierto con cierto dejé de devoción.

Sus luceros picaron.

Su innecesaria respiración se agitaba constantemente con lo que estuviera maquinando su cabeza.

Algo definitivamente le sucedía a Caius que ni sus hermanos de poder, y esas cuatro paredes que resaltaban su atuendo del color opaco, lo podían regresar en cinta a menos que la vela situada cerca a uno de sus libros de pasta gruesa sea manchado por una lagrimilla de está.

Vaya, vaya.

Qué esté gran ser inmortal núnca se vio en está situación después de dos furtidos siglos asemejados al sentir su corazón pulsar como aquél humano que fue cegado por el poder sin intermediarios de por medio.

¡Oh, gran Sharock!

Qué de tus colmillos inyectados de ponzoña, desgarraste la yugular de diversos mortales.

Ojalá descanses en paz por el secreto que dejó de serlo, antes de ser descuartizado y lanzado a la fogata por tú propia creación, al cuál lo apodaste como el mejor sin tener algún don del que alardear hacia los demás.

El vampiro reaccionó pasando la palma de su mano por su inconfundible rostro de porcelana seguido, por los feos cortes que se  dibujaban en una de sus mejillas.

Dejó caer con el elegancia su capucha negra al fúnebre piso. Sus dedos temblaron al hacerlo, parecía que había algo en ella.

Liberó un tremendo suspiro de sus pulmones aún con la vista hacia adelante. El neuroticismo lo estaba consumiendo nuevamente sin su máxima dosis de láudano. Aquella medicina que lograba lo que no podían sus bolsas de sangre junto a Madame Delphine, una mujer reconocida en Volterra por las artes oscuras, el ocultismo y su estrecha amistad con lo sobrenatural sin mostrar algún tipo de miedo o de asombro a lo que observaban sus ojos de color miel.

ᴜɴɪᴄᴀ━━Caius Vulturi (EDITANDO) ✞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora