Bailemos

•La llegada de un amigo. P2•

Luego del desayuno, tomé un baño completo, necesitaba relajarme, me coloqué un short rasgado y una camiseta de hombre que compré hace poco, (¿Qué?, La ropa de hombre es más cómoda), cepillé mi cabello y me recosté en mi cama boca abajo, tardé unos cuantos minutos en quedarme dormida hasta que caí profunda y rendida.

– Venus– sentí que me empujaban suavemente– Anne– decían mis nombres en susurro– hey, floja, levántate– la voz de Giovanni se escuchaba lejana pero presente

– ¿Qué quieres?– pregunté con voz ronca y abriendo un solo ojo para mirarlo

– Vine a pasar unos días contigo, se supone– dijo con obviedad– no a verte dormir

– Pero, Gio– me cubrí con la cobija hasta la cabeza

– Pero nada, levántate– me sacudió una vez más pero está vez con más fuerza

– ¿Qué hora es?– pregunté incorporandome pero sin desarroparme

– Hora de almuerzo, cociné yo– hizo un gesto de orgullo propio

– ¿Por qué?– la duda me invadía, Frederick es quien cocina siempre

– Tu papá y Frede salieron, y no regresan hasta mañana a primera hora– me dió una explicación al respecto– por tanto tú y yo tendremos una tarde de películas

– Por favor dime qué hiciste choco pica– crucé mis manos en señal de súplica

– Claro que hice choco pica– hice un gesto de victoria y choqué su mano con la mía

Giovanni y yo tenemos un gusto extraño por el picante; un día yo tenía un bol con helado de chocolate y él llegó con una bolsita de picante en polvo, lo mezclamos y el resultado nos gustó mucho así que lo llamamos Choco pica G&V, quizá suene desagradable pero es muy rico.

Me levanté de mi cómoda camita y bajé con Gio hasta la sala de estar, cómo somos solo nosotros dos decidimos comer en la isla de la cocina, es más cómoda y más cercana al lavaplatos.

(***)

–– Es tan estúpida que van a entrar al sótano– comencé a decir ya molesta, para películas patéticas, llamen a Gio– ¿Y sabes que va a pasar?, La van a matar, por estúpida.

– No puedes ser tan pesimista, Anne– claramente a él sí le estaba gustando el desastre cinematográfico que me obliga a ver– no está tan mal

– ¿¡No está tan mal!?– ok, puedo decir que le grité– mira, ahí va– le relato lo que va sucediendo como si él no la estuviera viendo cómo yo– abre la puerta, rechina, lo siguiente que pasará es que pregunta si hay alguien ahí y la van a matar– y justo todo pasó tal y como dije

– Vale, ya, soy patético– alzó su manos en señal de rendición

– No, tú no– quise suavizar un poco el asunto– las películas que escoges si lo son

Luego de llevar a la cocina los tazones y vasos que usamos mientras la película, nos debatíamos entre salir a pasear un rato o si quedarnos y hacer otra cosa

– Aún no he probado la pasta italiana– comenzó a decir mi amigo, quién al parecer nunca sacia su hambre

– ¿Quieres cenar pasta?– pregunté puesto que es algo pesado para ser la cena