Cap #34: Solo di mi nombre

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El castaño iba por lo que sería la quinta copa repleta de vino, ¿Estaba un poco mareado? Si, ¿Le importaba? Definitivamente no.

Caminó hasta la repisa dónde tenía los libros de Harry, los había impreso todos, comenzó a leer sin prestar mucha atención, estaba muy mareado para entender algo, mientras revisaba el libro una hoja cayó.

Era la carta que Harry le había mandado por g-mail, el oji-azul también imprimió eso, comenzó a leerla con lágrimas en los ojos, cuando terminó por lo que parecía la milésima vez, busco un abrigo, se puso sus zapatos y salió de la casa.

Mientras caminaba más lágrimas caían por sus ojos, poco a poco fue acelerando el paso, hasta comenzar a correr.

Corrió tan rápido como pudo, se dirigía a "gloria" el lugar que el rizado le había dicho que le traía paz, también podría funcionar con él.

Después de correr una enorme distancia llegó al lugar, cayó de rodillas y luego de espaldas mirando al cielo con los ojos llorosos, admirando todas las bonitas estrellas que adornaban la inmensidad, luego de largos minutos de silencio comenzó a hablar.

- Te extraño tanto Zayn, mi mejor amigo, perdóname por todo tal vez debí ser más comprensivo, pero ahora que he llegado tan lejos con mi rebeldía no se cómo retroceder el tiempo para que ambos no cometiéramos tantos errores.

Las estrellas parecían comenzar a moverse, seguramente producto del alcohol en su sistema.

- Niall hermano - soltó una risa floja - extraño que me hagas reír aunque yo no quisiera, extraño hacerte reír por cualquier cosa, extraño tu risa, como quisiera seguir escuchandola - con cada palabra más lágrimas se derramaban por sus ojos - Shawn, realmente no tengo mucho que decir de ti, ni si quiera hablas mucho, pero en definitiva eres el mejor, mantener a Niall satisfecho es complicado y tú lo haces tan feliz - sonrió con tristeza.

Ahora las estrellas parecían acercarse, definitivamente no debió tomar tanto.

- Liam, tan correcto como siempre, pero hasta tu cometes errores, como todos claro - se puso a pensar en todo lo que había ocurrido estos días - ¡Maldita sea todos somos unos idiotas! - habló cubriéndose el rostro y sollozando fuertemente.

Se paró como pudo y tambaleándose se dirigió a la punta de la colina, ¿Cuánto me dolerá si caigo?, pregunto es sus pensamientos.

- Mi amor - siguió hablando sin moverse del lugar donde estaba - ¿Acaso algo puede doler más que toda esta mierda? ¿Acaso la soledad no te mata lentamente cuando ya te has acostumbrado a no estar solo? Maldita sea la hora en la que te conocí y me enseñaste lo que era la libertad, porque antes de ti todo era aburrido, me volví adicto a experimentar la dicha que me causaba estar contigo - se acercó un poco más a la orilla - ¿Tú todavía piensas en mi? ¿¡Lo haces!? - gritó mirando al cielo - porque yo no te he podido sacar de mi cabeza ni un maldito segundo... me dices que soy especial y me sueltas a la deriva, ¡Yo te necesito, maldita sea! Solo quiero saber si estás bien - dijo lo último en un susurro.

Se acercó más a la orilla con solo sus talones en el suelo.

- Harry, yo te necesito - susurro y se abalanzo hacia delante, dejando caer todo su cuerpo.

Podía sentir como el aire chocaba bruscamente contra su rostro, como el aire se le cortaba, como iba perdiendo la conciencia de a poco, incluso pudo saborear el como sus huesos se quebraban uno por uno al impactar contra el suelo, sin embargo, nunca ocurrió.

Unos segundos antes de caer, unos brazos fuertes y protectores lo envolvieron por la cintura pegándolo a su pecho, sintió como un aire tibio golpeaba su nuca.

GLORIA (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora