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— Vamos Sunoo, no seas miedoso y entra de una vez por todas al edificio.

Si, definitivamente está había sido una de las peores decisiones que pudo haber tomado el peliplata a sus cortos 19 años.

— Sabes Jay, pensándolo bien.... Lo mejor sería volver, digo ¡¡quieres entrar a un edificio abandono y de noche!!

— Ay... No me digas que te estás arrepintiendo de tu decisión –exclamó en un tono algo enojado y claro, estaba en todo su derecho, pues Jay le había comentado que tenía la idea de grabar un vídeo visitando algún lugar abandono para su canal de Youtube, y quería que él lo acompañará. Al principio le dio igual y dijo que sí, pero viendo el edificio de noche, la idea ya no le parecía del todo buena.

— No es eso, pero... qué tal si hay algún indigente durmiendo en el lugar o peor aún, que haya almas en pena divagando por todo el maldito edificio.

— Bueno, con respecto a lo del indigente podrías tener razón pero con lo de las almas en pena ¿Enserio?. Ya mejor dime que tienes miedo o ¿Quieres que llame a tu novio Ni-ki para que venga a cuidarte?

— Aish, eres un completo infantil, pero antes que nada, Ni-ki no es mi novio sólo es mi amigo. Segundo, no tengo miedo sólo estoy siendo precavido y tercero los fantasmas si existen, lo digo porque casi todos los días algo toca la puerta de mi clóset a media noche y lo que resta de la madrugada.

— ¿Y cómo estás tan seguro de que es un fantasma? Puede ser una rata tratando de salir de tu clóset, pero bueno eso no es lo impor....

Una tercera voz interrumpió a Jay.

— Perdón por la tardanza, es que me quedé dormido haciendo mi tarea y después no encontraba las llaves de mi auto.

— No hay problema, no ha pasado mucho tiempo desde que llegamos aquí. Ah por cierto, Yeonjun él es Sunoo, Sunoo él es Yeonjun –los presentó Jay después de ver la cara de confusión de Sunoo por la repentina aparición de Yeonjun.

— Mucho gusto Yeonjun -dijo el peliplata extendiendo su mano para saludarlo.

— El gusto es mío Sunoo –comentó correspondiendo a su saludo.

— Bueno ahora que ya estamos todos, entremos.

Dicho esto, Jay, Yeonjun y Sunoo entraron al edificio horriblemente descuidado en medio de la noche. Estuvieron recorriendo el lugar como por cuarenta y cinco minutos y por lo poco que vieron (ya que la construcción era demasiado grande), llegaron a la conclusión de que el edificio era un hospital psiquiátrico abandonado.

— Y por aquí amigos, tenemos un cuarto bastante grande lleno de literas, lo cual me hace imaginar que este era una habitación donde podían dormir los pacientes que no tenían alguna enfermedad muy grave o ¿Qué piensan ustedes? Dejen su suposición en los comentarios –dijo Jay mientras seguía mostrando el cuarto en donde estaban. La verdad durante todo ese tiempo transcurrido, Sunoo no se sentía del todo bien, le dolía la cabeza y sentía que alguien los vigilaba desde lo más oscuro de cada rincón de ese deteriorado hospital.

— ¿Por cuánto tiempo crees que seguiremos aquí? –le preguntó a Yeonjun en voz baja para no interrumpir la grabación de Jay.

— No lo sé, como por unos quince o veinte minutos más. ¿Por qué? ¿Tienes miedo? –le cuestionó Yeonjun algo burlón.

— No es eso, simplemente me duele un poco la cabeza.

— ¿Enserio? Bueno si es así trataré de hablar con Jay para que termine lo antes posible de grabar, pero por el momento mantente a mi lado por si tu dolor de cabeza aumenta, y me lo hagas saber.

— Está bien, muchas gra...

El golpe de una charola de acero contra el suelo se escuchó por todo el cuarto e hizo que los tres voltearan rápidamente hacía el lugar donde habían escuchado el ruido y efectivamente, en el suelo se encontraba una charola de acero algo oxidada.

— Alguno de ustedes tiró la charola, ¿Verdad? –dijo Jay algo asustado.

— Jay no hay forma de que nosotros hayamos tirado la charola, si Yeonjun y yo estábamos detrás de ti con las linternas para ayudarte a alumbrar –exclamó Sunoo con un tono más asustado al de Jay.

— Chicos... hay algo que quiero comentarles. Cuando estaba en el estacionamiento del lugar, vi a dos personas vestidas completamente de negro en la azotea del edificio, creí que eran ustedes pero cuando los vi en la entrado discutiendo, ya no estaba tan seguro de quiénes eran esas personas, puesto que cuando regrese la mirada, ya no estaban.

— ¡Genial! Y se te ocurre comentarlo hasta ahora –le reprochó Jay algo enojado a Yeonjun.

— Perdóname, es que no estaba cien por ciento seguro de lo que ví. Pensé que pude haberlo imaginado.

— Claro, y si morimos, también va a ser obra de tu maldita imaginación –gritó Jay con sarcasmo. 

— No hace falta exagerar Jay, miren primero vamos a calmarnos y después...

Otro ruido se hizo presente en la habitación pero está vez fue de un balón rebotando acompañado de una risa.

— Jay... esto ya no me está gustando, creo que lo mejor sería terminar hasta aquí tu vídeo –comentó Sunoo con el corazón a mil por hora.

— Si Jay, Sunoo tiene razón, llevamos casi una hora aquí en el hospital aparte es por nuestra seguridad, no sabemos si hay alguien aquí con nosotros, no me refiero a algo espiritual sino a alguien de carne y hueso.

— Está bien, tienen razón pero no dejaré de grabar hasta que salgamos de aquí, es para evidencia por si nos llega a pasar algo.

Dicho esto, todos asintieron y se dirigieron hacía la salida pero el más pequeño del grupo sintió que algo o alguien le había tomado su mano para después rasguñar su brazo, haciendo que esté sólo gritará como respuesta ante ese acto.

— Sunoo, ¿Estás bien? ¿Qué te pasó? –preguntó Yeonjun asustado y tomándolo de la mano. 

— Al... al... algo me... me rasguño –dijo este al borde de las lágrimas pues tenía mucho miedo y le dolía demasiado su brazo.

— Ok, tenemos que irnos ya –gritó Jay y empezaron a correr hacia la salida, pues en el cuarto donde estában, no se encontraba muy lejos de su salvación.

Una vez fuera del edificio, Jay se despidió rápidamente de sus suscriptores y se fueron inmediatamente al auto de Yeonjun, antes de subir Jay hizo que Sunoo le enseñará su brazo para poder desinfectar la herida y curarla, ya que está no dejaba de sangrarle.

— Listo, tu herida ya no se ve tan mal como antes –mencionó Jay acabando de desinfectar su brazo  para empezar a vendarlo.

— ¿Estás seguro que no quieres que te llevemos al hospital? –cuestionó Yeonjun como por quinta vez.

El peliplata no pudo evitar reírse por la insistencia de Yeonjun por llevarlo al hospital.

— Estoy bien... N-no es necesario, enserio, solo quiero dormir –respondió con una sonrisa.

— Está bien, entonces vámonos ya –dijo Yeonjun para después subir a su carro, acción que imitaron Jay y Sunoo.

Estando los tres en el auto, Yeonjun arrancó para poder dejar el horrible lugar. Sunoo por su parte volteó hacía el edificio, debido a que sentía la mirada de alguien y efectivamente, alguien veía como se alejaban del hospital abandonado desde la azotea de este.












Hola! Esta es mi primera historia, no es perfecta, tengo mucho que mejorar aún jeje, pero igual espero que llegue a ser de su agrado :)

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