[1 - El Comienzo]

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La música suena en los altavoces del auto de mi padre, la fresca brisa de la carretera choca contra mi rostro y despeina mi cabello; Y el sol en su punto más alto, ilumina todo el camino.

Falta media hora para llegar a Plainview, el pequeño pueblo cercano a Los Ángeles en donde mi padre creció y vivió gran parte de su adolescencia.
Tomé la decisión de mudarme con el tras su divorcio con mi mamá; Ahora ella dejará Nueva York y regresará a Londres a re hacer su vida y yo me quedaré en Estados Unidos con Papá.

—Ya hemos llegado— detuvo el auto frente a una gran casa de paredes blancas y pórtico amplio, se giró hacia mí —¿Y?

—¿Y? —lo miré confundida.

—¿Que te parece? Es linda, ¿No es así?

Bajamos del auto, sacó sus llaves y se acercó a la puerta, yo en cambio me quedé parada frente a la fachada de la casa.

La vivienda contaba con un pequeño jardín delantero y algunas macetas con flores secas, luego me encargaré de eso.
El pórtico era amplio a simple vista, tenía un columpio oxidado y roto pero con algo de pintura y mantenimiento quedaría como nuevo.

(...)

El resto del día me dediqué a sacar mis cosas y a dejarlas en la entrada para que así fuera mas fácil de llevarlas hasta mi habitación... Solo necesitaba una.

—¿Papá? — Entré a la cocina a duras penas cargando con una caja—¿Cuál será mi habitación? Ya no puedo seguir cargando esta caja por toda la casa.

Mi padre, aquel hombre alto, castaño y de mirada amable se giró hacia mí, estaba al teléfono—Dame un segundo cielo, tengo una llamada importante ahora —suspiré,rodé mis ojos mientras apoyé la pesada caja sobre mi rodilla y salí de la cocina con la voz de mi padre desapareciendo detrás de mí —¿Frank? Ah, sí, necesito que ese reporte llegue antes del medio día del jueves...

La casa era bastante grande, pero no era ni la mitad de enorme que la casa de mi madre al otro lado del país, aún así me parecía linda y encantadora.

Subí con cuidado las escalera hasta llegar a un largo corredor con distintas puertas en su interior; Apoyé la caja en la orilla nada más terminar de subir y respiré un poco, mi condición física era un desastre últimamente.

—Veamos que tenemos aquí — hablé para mí misma mientras me adentraba cada vez más en la casa.

La primera habitación y la más cercana a las escaleras se encontraba a la derecha, era amplia y algunas de las cajas de mi  padre ya estaban desempacadas, obviamente, puesto que el había llegado unos días antes que yo.
No me adentré completamente.

Las siguientes habitaciones eran parecidas pero ninguna llamó mi atención. Salí del cuarto ya resignada a usar la última habitación que había encontrado vacía hasta que mis ojos se posaron en la puerta marrón al final del pasillo, había olvidado revisar ahí.

Abrí la puerta lentamente y observé su interior.

El cuarto era amplio y desde la puerta se veía aún más grande de lo que en realidad era, había una cama matrimonial con un colchón aún en su empaque, unas repisas algo viejas y un librero. A un costado había un gran ventanal que daba a la calle principal.

𝑰 𝑳𝑶𝑽𝑬 𝒀𝑶𝑼    ||   𝑹𝒐𝒅𝒓𝒊𝒄𝒌 𝑯𝒆𝒇𝒇𝒍𝒆𝒚  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora