"Querida soñadora: Te veré en el más allá. Ahí donde el sufrimiento no existe, y donde serás libre como siempre quisiste serlo. Ahí también estaré yo, contigo."
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¡PRÓXIMAMENTE!
Esto era un juego perdido, la muerte había llegado una vez más haciendo de las suyas, como siempre. Los días habían pasado tan lento desde aquella tragedia y yo estaba tan solitario, que empezaba a cansarme de esta soledad. Los pasillo estaban consumidos por un silencio tan abrumador, que hacían que mi mal humor aumentará, todos habíamos decidido tomar nuestro propio espacio, y yo no sabía si había sido una buena decisión o una muy mala. Pero cada quien lidiaba con su propio dolor.
Abrí los ojos, cuando escuche unos suaves toques en la puerta de mi habitación en el hospital. Dios, hasta pensar en eso es deprimente. Los ignore, realmente no me importa quien este del otro lado. Pero me vi obligado a levantarme, cuando estos golpes se hicieron cada vez más insistentes.
Bufando, me levante y abrí la puerta.
Era Jade. Era ella, por fin pude verla después de estar encerrado en este deprimente cuarto por tanto tiempo, y como si fuera por inercia, mi corazón empezó a palpitar sin control. Solo ella podía provocar eso en mi, nunca me había enamorado con tanta intensidad como lo hice de ella.
- Hey.-Saludo, en un susurro, a pesar de que el pasillo estuviera solo y en silencio.- ¿Tienes tiempo para una salida nocturna?.
Tenía todo el tiempo del mundo, y más si se trataba de Jade. Y sabía que no era una salida como tal, eran las 11:00 p.m y en el hospital tenían la estricta regla de no salir después de las 10:00 p.m
- Claro.-respondí, ella sonrió de lado.
Íbamos a mitad del pasillo, cuando sentí su suave mano tomar la mía, voltee hacia la castaña, quien observaba nuestras manos juntas con ternura, yo decidí entrelazarlas.
Jade se detuvo en el gran ventanal el cual daba una increíble vista del hermoso paisaje que nos rodeaba, casi alejados de la civilización. Nos quedamos en silencio, solo observábamos el paisaje, bueno, en realidad Jade lo observaba mientras yo la observaba a ella.
- ¿Cómo crees que sea la vida en el cielo?.-Soltó, de repente, dejándome desconcertado.
- Amm....no lo sé.-Fruncí los labios, observándola atentamente.
- Yo tengo una idea, ¿sabes?.-Apartó la mirada de la gigante área verde que nos rodeaba, para observarme a mi.- Pienso que morir no es tan malo. Ya no hay sufrimiento ni nada por lo que sufrir, porque todo eso ya acabó, por eso debes asegurarte de tener suficientes días buenos que recuperar, para poder vivir una vida en el cielo como hubieras querido vivirla aquí en la tierra.
Volvimos a aquel silencio extraño, solo nos observábamos el uno al otro, una batalla de miradas que se sentía como la primera vez. Podía ver las estrellas reflejadas en aquellos ojos verdes que brillaban siempre con una intensidad inexplicable.
- ¿Crees que nos reencontremos en el cielo? -pregunté con timidez, reforzando nuestro agarre.
- No lo creo, así será.
"Querida soñadora: Te veré en el más allá. Ahí donde el sufrimiento no existe, y donde serás libre como siempre quisiste serlo. Ahí también estaré yo, contigo."
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