Five

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Minho no se dió cuenta en que momento había empezado a cargar con cinco bolsas en sus manos pero realmente no le interesaba mientras veía la sonrisa del demonio en frente suyo, quien se encontraba tomando un Bubble Tea y soltando un jadeo por el sabor.

—¡Extrañaba esto de mí vida humana! —Murmuró Jisung mientras tomaba con rapidez la bebida.—I really love this.

—¿Sabes inglés? —Pregunto Minho mientras tomaba de su batido de banana.—

—Mi yo vivo vivió en Malasia y ahí aprendí inglés —Respondio Jisung mientras sonreía levemente, terminando su Bubble Tea.—

Minho asintió con una sonrisa mientras observaba al pálido ahora comer de su tarta de chocolate, lo observó por varios segundos mientras una sonrisa algo boba se instalaba en sus labios, el demonio realmente le parecía una ternura.

Cuentame sobre los incubos. —Pidio Lee mientras comía su tarta de frutilla, mirando al demonio con una sonrisa.—

Uhm, los incubos puros en si son viles demonios que luego de ser invocados y cumplir su "labor" se llevan la vida de su presa, absorben toda su energía dejándolos en cenizas para luego volver a nuestro mundo. —Respondio Han dejando de lado la tarta de chocolate para luego empezar a comer la tarta de manzana, dejando a Minho con una expresión de miedo pues el temia caer ante la tentación y que eso pasara. —Pero los pobres bobos como yo que fuimos convertidos luego de nuestra muerte únicamente podemos irnos luego de que digan "esas palabras", nosotros no asesinamos a las personas que nos invocan.

—¿Entonces no me matarás si me acuesto contigo? —Pregunto sin pensar mucho y mantenía su mirada en su postre.—

—¿Así que quieres que me acueste contigo eh? —Jisung sonrió pícaramente para luego reír.—Exactamente si algún día nos acostamos no tienes que preocuparte porque te mate.

—Eso me saca una preocupación de encima. —Minho cambio su tono a uno coqueto de repente.—

—Me alegra que ya no estuvieras preocupado. —Han le guiño el ojo algo coqueto y luego sonrió tiernamente, terminando su tarta de manzana.— Bien, ya probé esto, allí voy, deseame suerte.

Jisung sonrió mientras se levantaba de su lugar y luego caminaba a la dichosa oficina del gerente que había en el lugar, dejando solo a Minho.

Minho frunció el ceño levemente mientras esperaba a Jisung y rogaba que consiguiera trabajo. Este se trataba de ser cocinero y mesero en aquella cafetería en la que se encontraban, Lee le había dicho que siguieran buscando pero Jisung decidió que quería intentar allí. A Minho no le quedó de más opción que esperar a que terminara la dichosa entrevista para luego volver juntos al apartamento y acomodar todo lo que habían comprado para que el pálido tuviera una vida "normal" de humano.

Sus pensamientos se dirigieron a la rápida imagen del morocho de pelo rubio que había pasado por su mente esa mañana y allí quedaron atascados por un buen momento, las preguntas inundaron su cabeza.

"¿Quien es?" "¿Por qué pienso en el?" "¿Será alguien de mí pasado?" "No lo creo, jamás lo he visto."

—¿Minho? ¿En qué piensas? —Murmuro el de pelo azul mientras pasaba su mano repetidas veces por el rostro del mayor, buscando hacer que reaccionara.—

—¿Eh? ¿Ya terminaste con tu entrevista? —Minho pregunto apenas salió de sus pensamientos y miro al menor, quien asintió con una sonrisa.—¿Conseguiste el empleo?

—¡Si¡ El señor me dijo que las recetas que conocía eran muy buenas y que estaba seguro que yo sería un buen camarero o chef.

Han agarró una de las bolsas con una sonrisa en su rostro, "Para no poder sentir nada sonríe mucho." Pensó Minho mientras miraba al chico agarrar tres bolsas más.

Bueno, hora de volver a la casa, Dori debe estar esperándonos para su merienda de la tarde.—murmuro Minho agarrando las bolsas restantes.—

Mientras vamos… —Luego de pagar ambos salieron de la cafetería y Jisung decidió romper el silencio.—¿Me contarias de ti? Ya hablamos mucho de mí y mí vida de demonio pero no hablamos absolutamente nada de ti.

—Oh, está bien. —Minho hizo una mueca y dejo las bolsas en el asiento trasero de su automóvil.—Uhm, no tengo mucho para contar la verdad, vengo de una familia pequeña. —Empezo Minho mientras subía al auto.—Creo que lo único "interesante" es que no recuerdo una parte de mí adolescencia, desde que cumplí los catorce años hasta aproximadamente los dieciséis no recuerdo absolutamente nada, solamente se que estuve en una relación con alguien, realmente no recuerdo bien.

Minho dirigió su mirada al demonio quien ahora tenía una expresión neutra en el rostro, sin demostrar nada, por instinto le miró directo a los ojos y la tristeza que estos reflejaban era increíble, ¿Algo le pasaba? ¿Había dicho algo malo?

—¿No recuerdas nada? —Murmuro Jisung con confusión a la vez que rascaba su brazo, era algo que hacía constantemente pues realmente no le dolía.—

—Nada de nada, mí mente bloqueó todos esos recuerdos pero no sé el por qué o si me borraron la memoria pero me gustaría recordar quién era el chico. —Minho dirigió su mirada al frente, empezando a conducir. —De ahi en adelante no hay mucho, desde entonces mí corazón se negó a dejar entrar a alguien más, no me enamore y no tuve más parejas, ni siquiera siento atracción sexual por las personas. —Minho dirigió su mirada por cortos segundos al pálido.—Bueno, excepto tu, supongo que porque eres un incubo.

La risita de Jisung fue lo último que se escuchó para luego seguir en silencio levemente incómodo, el demonio iba con la mirada algo perdida mientras Lee solo se mantenía conduciendo. Al llegar al edificio donde estaba el apartamento de Minho aún en silencio bajaron con todas las bolsas y caminaron hasta llegar al interior de este.

—Ire acomodando la ropa en el armario, avísame cuando tengas hambre.

Jisung agarró todas las bolsas y se dirigió a la que ahora sería su habitación, dejo las bolsas en el suelo y finalmente se sentó e la cama, apoyando sus manos y sus codos en sus rodillas.

—Es oficial, no me recuerda en lo absoluto. —Susurro para si mismo mientras hacía un pequeño puchero.—bueno, solo hay una persona que podrá darme respuesta.

Levantándose se quito la camiseta, la amarro a su cintura y con sus ojos cerrados se concentro en dejar salir sus alas. Justo en la marca que había en sus omóplatos dos alas salieron y un suspiro salió de sus labios. Camino hasta la ventana de la habitación y, aprovecho que era de noche y no había muchas personas en la calle, tomo impulso y finalmente emprendió vuelo, esperaba que la madre se Minho siguiera viviendo en aquella casa.

Desapareciendo de la vista de los humanos se sintió libre, el viento frío chocando con su rostro era una sensación que le gustaba a la hora de volar. Pasaron unos quince minutos antes de que sus ojos vieran la casa donde los Lee vivían, cuidando que no hubieran personas cerca aterrizó en el techo del vecino, escondió sus alas para luego bajar con sumo cuidado, subió las cortas escaleras mientras se colocaba la camiseta otra vez.

Un extraño sentimiento que casi ni recordaba lo invadió, haciendo que su estómago sintiera un pequeño cosquilleo. Suspiro una vez ma y finalmente tocó el timbre de esa casa, espero aproximadamente unos tres minutos antes de que la puerta fuera abierta y la imagen de la señora Lee apareciera frente a él. La mujer tenía una mueca de asombro pero de tristeza al mismo tiempo y se lanzó hacia el chiquillo, abrazándole.

—¡Hannie! Oh dios... ¿Quien te va invocado? —La mujer miro al menor con una pequeña sonrisa.—

Jisung sonrió, agradecía que la madre de Minho lo recordara, más bien, recordara lo que había dicho la abuela.

—Puede ser una sorpresa quien me ha invocado. —Jisung se adentro a la casa de la mujer siguiéndola a ella.—Ha sido Minho, es por eso que estoy aquí…

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𝑆𝑒𝑥 𝐷𝑒𝑚𝑜𝑛 - 𝑀𝑖𝑛𝑠𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora