Capítulo 2

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3rd Person POV-


La muerte. Todo el mundo muere en algún momento. Vampiros, hombres lobo, brujas, doppelgangers y todo lo demás, todos mueren al final. Ángel se vio obligada a aprender esto a una edad temprana, primero su madre, luego su tío y finalmente su padre. A la temprana edad de diez años había perdido a casi todos los que había amado. Sólo una persona logró relacionarse, logró amortiguar el dolor que Ángel sentía. Katherine, la madre que siempre quiso, la madre que siempre necesitó. Katherine era la única persona que nunca se había ido, que nunca había muerto y que nunca la había abandonado.

En eso pensaba Ángel mientras se pintaba las uñas de un hermoso color púrpura claro mientras estaba sentada en el solárium. El solárium siempre había sido su detalle favorito en todas las casas que habían tenido en los últimos 140 años. Le encantaba sentir el cálido sol en todo su cuerpo y la sensación de alegría que traía consigo.

Aunque esta vez él solárium no sirvió para calmar las preocupaciones de la joven. Katherine había estado fuera durante la última semana, la más larga que había estado fuera. Desde que huyeron nunca se habían separado, no más de un día. Tratando de relajarse, Angel respiró profundamente otra vez antes de coger el teléfono para intentar llamar a su madre de nuevo, esperando que esta vez lo cogiera.

-Mystic Falls-

"¡Cállate!" Un molesto Damon le grita a su hermano menor sosteniendo un teléfono que suena en su mano derecha. Al no escuchar respuesta, Damon mira el teléfono por última vez antes de lanzarlo contra la pared que tiene delante, escuchando el satisfactorio sonido del aparato al romperse.

Poniendo una sonrisa en su cara, Damon se da la vuelta rápidamente para dirigirse al sótano donde yace una Katherine con verbena. Dormida, pero no muerta.

-France-

Preocupación. En ese momento era lo único que sentía Ángel. Katherine llevaba ya 9 días desaparecida, después de 78 llamadas y 152 mensajes de texto Ángel había renunciado a intentar localizarla de esa manera. Sólo le quedaba una última opción, tenía que llamarle. La única persona en la que Katherine confiaba para saber a dónde iban, la única persona en la que confiaba para conocer a Ángel. Carlisle Cullen.

En 1890 casi fueron asesinados por un cazador, uno de los cinco. Antes de que él cazador pudiera terminar el trabajo una familia de vampiros, llamada los Cullen intervino salvándolos en el último momento. Desde ese momento Katherine y Carlisle se mantuvieron en contacto, llamándose cada pocos días.

Ángel coge su teléfono y pulsa el icono del teléfono para encontrar rápidamente el número de Carlisle. Se acerca el teléfono a la oreja y oye que suena dos veces antes de que se descuelgue la línea y se escuche un "Hola".

"¿Carlisle?" Ángel pregunta esperando que no haya cambiado su número en las últimas décadas.

"¿Ángel? ¿Eres tú?" Pregunta Carlisle sorprendido de escuchar a la joven, nunca habían hablado tanto como él y Katherine.

"Sí, soy yo". Ángel contestó suavemente tratando de evitar que los nervios se filtraran en su tono.

"¿Estás bien?" Preguntó Carlisle preocupado, acudiendo a su mente las peores posibilidades sobre el motivo por el que ella había llamado.

"Estoy bien", responde Ángel en voz baja. "Pero", continúa, "es mamá, ha estado fuera los últimos 9 días. ¿Sabes dónde está o a dónde dijo que iba?". La pequeña pregunta esperando que él tenga las respuestas que buscaba desesperadamente.

"Lo ultimo que escuche es que ella estaba viajando a un pueblo llamado Mystic Falls pero, eso fue solo por un día no mas que eso. ¿Necesita que viajemos por unos días?" Responde Carlisle cada vez más preocupado por la joven a medida que pasa el tiempo.

Al escuchar el nombre del pueblo toda la sangre se precipita de la cara de la chica, haciendo que todo su cuerpo se adormezca. Rápidamente, Carlisle le asegura que estará bien y que sólo ha sido un malentendido, y cuelga el teléfono, dejándolo en el asiento de al lado.

Apoya la cabeza en las manos y se tira de las raíces de su largo pelo blanco. Gimoteando suavemente, empieza a balancearse hacia atrás y a forzarla lentamente mientras empieza a formarse un ataque de pánico. Cuenta hasta 10 en voz baja para intentar calmarse, nunca antes había tenido qué hacerlo sola.

Desde que era pequeña tenía ataques de pánico, antes de que su padre muriera la ayudaba a calmarse. Después de eso, su madre siempre estaba allí para ayudarla, ahora estaba sola. Sabiendo que si seguía así mucho más tiempo sé desmayaría, trató de pensar en todo lo que sus padres le habían enseñado.

Inspirar y aspirar, contar hasta diez, incluso cantar una canción. Suavemente empieza a tararear la melodía de una de sus canciones favoritas, Tourner Dans Le Vide. A pesar de que la canción era triste, era hermosa, calmante. Murmurando la letra de la canción, por fin consigue calmarse lo suficiente como para pensar.

Por mucho que le temiera a la ciudad de Mystic Falls, tenía que ir allí. Tenía que ayudar a su madre. Vuelve a coger el teléfono del asiento de al lado y reserva el siguiente vuelo a Mystic Falls, el pueblo donde lo perdió todo.

The Innocent SalvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora