Relatos cortos

Un reino caído

-Todo tiene que salir perfecto-me dije, me repase en el espejo y me veía genial, tenia uno de mis mejores vestidos de noche y mi única tiara con piedras negras, que mis padres no aceptaron pero ya estaba en mi armario. Me pare frente las puertas, me enderece , alce mi cabeza con orgullo y empecé a empujar las puertas del salón.

Apenas se abrieron empecé a caminar con total seguridad y todos hicieron rápidamente una reverencia, no le había alcanzado el tiempo al vocero de anunciar mi entrada por lo que muchos hasta sostuvieron el aire.

Empecé a caminar, baje los escalones, recorrí el salón con la mirada hasta que di con quien estaba buscando  y me puse enfrente de el, nadie se atrevía a alzar la mirada, me agache un poco y levante su mentón con rudeza, en su mirada no había nada, se le notaba algo nervioso y me atrevería a decir que hasta con miedo pero su mirada estaba vacía, entonces hable - ¿Tiempo sin vernos no crees ?- mi mirada claramente lo desafiaba - pensé que no nos volveríamos a ver, pero aquí estas...... de nuevo- en este punto algunos alzaron la mirada para observar de quien se trataba, solté su mentón a la vez que empujaba su cabeza a abajo y regrese la mirada al salón, los mirones regresaron rápido la mirada al suelo, volví a subir las escaleras para poder ver a todos los ocupantes del salón, y admire a toda la gente que estaba aquí, por mi, por mi sucesión, me aclare la garganta y hable

- Mi era esta por empezar, y espero poder verlos a todos de mi lado- dije con una voz amenazante, todos estaban sorprendidos y asustados pero yo ya no era esa pequeña princesa de la que se aprovecharon- el banquete se da por terminado, pueden retirase- nadie alzaba la cabeza, me tenia miedo.

 A como entre salí del salón y llame a mi mano derecha, siempre fue como parte de la familia, Joseph le sirvió a mis padres y ahora me servirá a mi- Los quiero a todos afuera Joseph, mañana es mi coronación, necesito descansar-