Capítulo 17 Especial

157 7 0
                                    

13 de diciembre 2004

Narra Elizabet

Estaba sentada en medio de dos camas pequeñas individuales, ahí estaban mis dos niños, Amelia que era exactamente igual que su padre y también estaba Matheo, Christopher estaba apoyado en el marco de la puerta de los niños, estaba más desanimado que de costumbre, ya que hoy...a las 3:33am había nacido su hermana, lo comprendo, ella era la mejor persona, ella no lo sabía pero ella era lo mejor que tenía este mundo

Matheo: Mamá, cuéntanos la historia de la tía Alejandra -dijo con emoción-

Amelia: Si mamá! Quiero escuchar la historia de mi tía

Miré a Christopher el cual tenía una sonrisa nostálgica en su cara.

Elizabet: Muy bien..

Elizabet: Alejandra Jones, nacida en un pueblo pequeño de Minnesota, ella nació junto a su padre, su padre era mayor que ella por minutos, su tía nació a las 3:33am...ella creció, y encontró en un día oscuro la luz de sus días.

Amelia: Que era mamá?

Elizabet: Un cachorro de colores negros estaba en el bosque, ese cachorro era  un cachorro de lobo que había sido abandonado por su camada, pero fue recibido en la camada Jones, su abuelo murió cuando su padre y su tía tenían 13 años, pasó el tiempo y cuando tenían 14 años, conocí a mi confidente, mi hermana, y por supuesto a su padre, ese día conocí a las tres personas que nunca pensé que iban a ser como  mi familia, unos años después, su abuela, tía y padre se fueron a un pequeño pueblito, ahí conocieron a personas muy curiosas, pero eran grandiosas...aunque a alguien le tuve que romperle la nariz para que dejará a su padre en paz

Christopher soltó una sonora carcajada al recordad ese día

Elizabet: Esas personas se llamaban; Constance Langdon, Adelaide Langdon y su tío Tate Langdon, esas personas creo que fueron las mejores que habían en ese lugar, pero un rubio se quedó flechado por su tía, y también su tía quedó flechada por el rubio, hicieron muchas cosas juntos, se quedaban despiertos a altas horas hablándose de las cosas que harían, pero unas personas les arrebataron esas charlas.

Ahí fue cuando vi que ese era un punto sensible para mi esposo, ya que pude divisar unas cuantas lágrimas salir de sus ojos 

Matheo: O SEA QUE MURIERON?!

Elizabet: Si... lamentablemente si, esas personas malas pagaron, ya que ni su tía ni su tío habían muerto del todo, ellos quedaron atrapados en la casa de su tío, ya que esa casa dejaba atrapadas a las personas que morían en ella, Tate y Alejandra  habían despertado juntos, como si fuera cualquier día normal en su rutina, se quedaron desconcertados al despertar de nuevo, pero vieron sus cuerpos inertes, habían policías por montones y ahí estabamos su padre, su abuela, Adelaide y Constance afuera de la casa aquella llorando la muerte de estos dos, pero cuando yo dirigí mi mirada a la ventana del cuarto de Tate, me quedé congelada, le hice señas a su padre para ver si era yo la loca pero al parecer no era la única, cuando por fin los policías se fueron entramos a la casa como si fuera lo último que teníamos que hacer en la vida, y ahí estaban, sentados, se les veía mucho más vivos que antes, nos voltearon a ver y la que se levantó primero y abrió sus brazos fue su tía, ni lento ni perezoso su padre corrió a ella y la abrazó como si su vida dependiera de ello, ahí estaba, su hermanita, la persona que más ama en su vida, todos corrimos a abrazarlos ya que habíamos pensado que habían muerto, la señora Langdon nos explicó como era el sistema en la casa, ellos solo podían salir en Halloween, por eso su padre y yo nos casamos en esas fechas, así su tía y tío fueron a nuestra boda, y antes de irnos de ahí ya habían nacido ustedes, fuimos a verlos y Tate estaba en una silla mecedora, a la par estaba Alejandra en otra silla mecedora, estaban agarrados de la mano, estaban felices, cuando les presentamos a sus tíos sus pequeños sobrinos Matheo fue el que más se encariñó con Alejandra, nos sorprendió algo, y ese algo es que ustedes dos, sacaron una cosa de Alejandra, tú Matheo, sacaste los ojos de tu tía y tú Amelia sacaste la voz y los dientes de tu tía, nunca supimos como, pero sabemos que ellos están aquí, con todos nosotros...

Ya los niños se habían quedado dormidos, les di un beso en la frente a cada uno y me fui con mi esposo.

Christopher: ¿Que hice para tenerte como esposa? 

Elizabet: Eso lo hizo todo tu hermana -dije entre risas-

Christopher: jaja eso es cierto...aunque no lo creas...ella esta aquí

Elizabet: De verdad?

Christopher: Si, a veces cuando estoy muy mal, ella viene, cuando peleamos, ella viene aquí y se acuesta a la par tuya para cuidarte, y ahora estaba en una esquina del cuarto de los niños escuchando con una sonrisa como le contabas a los niños su historia, y ahora está aquí

Me di vuelta rápidamente y ahí la vi, después de 10 años de tener que ir a esa casa para verla, ella esta aquí, me levanté y corrí a abrazarla, parecía María Magdalena llorando en su hombro mientras Christopher nos abrazaba

Alejandra: Gracias por mantenernos vivos

Sentí como me abrazaba más fuerte y luego, esa fuerza se fue desvaneciendo, cuando abrí mis ojos, vi como se iba con Tate agarrados de la mano, los seguimos, fueron al cuarto de los niños, Alejandra se acercó primero a los niños, les depositó un beso en la frente a cada uno y se apoyó n el marco de la puerta, luego fue Tate e hizo lo mismo, luego salieron y de ahí fue que pude verlos por una última vez

Al día siguiente

Matheo: MAMÁ, VI A LA TÍA ALEJANDRA Y AL TÍO TATE -gritó con emoción saltando en la cama-

Christopher: Mmm? donde la viste pequeño?

Esa voz, por algo y muchas cosas me casé con el

Amelia: SI YO TAMBIÉN LOS VI, ESTABAN EN EL PATIO

Elizabet: Bueno pequeñines, ya conocieron a las personas que los aman demasiado

Matheo: Tía Ale me dijo que ella y tío Tate siempre nos amarían más que a nada -dijo feliz-

Christopher: Sus tíos la primera vez que los vieron dijeron que siempre, pase lo que pase los iban a amar, y si tenían que venir a defenderlos ellos lo iban a hacer -dice con una sonrisa-

Elizabet: Si, ahora, quien quiere desayunar paquecas?

Matheo, Amelia y Christopher: YO!

Reí y me fui a la cocina, miré al patio y dije en voz alta

Elizabet: Gracias Alejandra, gracias

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

1093 palabras, nuevo récord :0

S.a.y.o.n.a.r.a

En la vida y en la muerte (Tate Langdon y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora