Ya es tarde para darse cuenta

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Blade a este punto no puede negar lo que en verdad siente por Dan Heng y en verdad lo que siente por ese Vidyadhara es amor y no odio, en serio que lo ama y no podría cambiar nada de ese hecho.

Amaba esos días pasados donde solo eran ellos y no necesitaban de nadie más ya que su sola compañía era más que suficiente para blade para llenarse de energía.

Ama esas sonrisas que le dedicaba, eso era lo que le alegraba sus días, ama la forma en que lo protegía de cualquier mal es la misma razon por la que le dio aquel guante que es capaz de comunicar lo telepaticamente con el Vidyadhara, ama la manera en que lo cuidaba y se preocupaba por el cada vez que regresaba de alguna batalla, el intentaba reconfortar al Vidyadhara para que su preocupación se calmara un poco.

Ama esos ojos azules, azules como el cielo tan despejado que había en este día, amaba esos labios que tanta veces saboreo, hasta el día hoy aun recuerda el sabor de los labios del Vidyadhara, ama esa cabello largo y bien cuidado que tenia a pesar de todas las batallas que habían tenido, ama su cuerpo esbelto y su piel suave al tacto.

Podría así seguir todo el día enumerando todas las cualidades que enamoran a Blade sobre Dan Heng pero solo basta decir ahora que lo ama locamente como lo hizo en el pasado sin embargo... ya era tarde, demasiado tarde para darse cuenta de que lo ama.

Ahora el Vidyadhara ya no se encontraba en este mundo con el como se arrepiente ahora, se arrepiente de haberlo matado al amor de su vida, esto será su gran pecado.

...

Ese día estaban frente a frente, el Vidyadhara había dejado de uir de él, al fin haría pagar al Vidyadhara su pecado, lo convirtió en un monstruo, se acabará esta larga maldición que acarrea desde hace años.

— Al fin te haré pagar por lo que me hiciste Dan Heng — Se le acercó agresivamente al chico.

Así comenzó una pelea, ellos siempre fueron parejas pero esta vez Blade noto que Dan Heng no estaba peleando con todo pero no lo noto. De un momento a otro Blade atravesó el corazón de Dan Heng.

El chico cayó el suelo en un charco de sangre y Blade solo se acercó al cuerpo ya moribundo de ese chico pero no pudo evitar ver su rostro, parecía que el Vidyadhara lo estaba viendo con amor como si en verdad nunca le tuvo o odio.

— Te... Te amo Ren, nunca lo deje de hacer... — estiro su brazo hacia el chico como si lo intenta tocar pero sabía que no podía — Cometería ese pecado una y otra vez si fuera necesario... — sonrio, esa sonrisa tan sincera que siempre le mostraba.

El brazo del chico cayó de nuevo al charco de sangre y fue cerrando sus ojos poco a poco hasta que los cerró completamente y solto un último suspiro para dejar esta vida.

En eso momento Blade no sentía arrepentimiento pensó que el Vidyadhara iba a reencarnar ¿no? Gran error.

...

Han pasados años desde entonces. El chico Vidyadhara nunca reencarno, intento matarse pero su maldición ahí sigue, sigue siendo inmortal y por más que quisiera irse con su amado no puede.

— Mi amado Dan Heng... — Hoy estaba aquí, enfrente de la tumba del ser que más amo en su vida. — Como hubiera preferido que siguieras huyendo de mi en vez de mancharme de tu sangre... — Intentaba no romperse en ese lugar, podrán pasar siglos y aún la culpa lo comería.

Como se arrepiente, quiere volver el tiempo y no haber cometido ese gran pecado, esto es aún peor que una vida de inmortal.

En sus sueños lo atormentan sobre ese escenario una y otra vez, es un infierno en vida eso pero cuando no tiene ese sueño, tiene esos recuerdos del pasado que ahora se ve tan lejano donde ellos dos eran felices.

Cuanto desea volverlo a ver, llenarlo de besos y abrazarlo y decirle cuanto lo ama.

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⏰ Última actualización: May 16, 2023 ⏰

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