Capítulo X

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Un peliverde miraba frente a él una tumba. Estaba un poco desgastada y se veía sin cuidar, pero siempre tenía flores.

La miraba con vacío.

Quería tal vez llorar, tal vez gritar. Cualquier cosa, inclusive reír, aunque fuera de mal gusto. Simplemente no podía, era extraño el siquiera estar ahí. No pertenecía al lugar.

"¿Qué diablos haces aquí mocoso?"

El chico dio un respingo, pero siguió viendo la tumba antes de siquiera contestar. La persona detrás de él ajustó un poco sus guantes y metió las manos en sus bolsillos.

"Es la tumba de mi padre." "¿Y eso importa?"

Otra vez quiso hacer algo. Tal vez golpear su rostro, pero no. No sentía nada, no lo recordaba. Murió cuando era pequeño.

"No. No importa."

Se volteó y pasó de largo a la persona para marcharse.

"Vámonos, Shigaraki."

.

El peliverde despertaba enfurruñado. No había dormido bien y se sentía rígido. Se levantó con lentitud de la cama y se dirigió a la cocina aún con esa irritación latente.

En la mesa había una canasta llena de pastelillos. Tenía una nota que leía "Esto es por los sándwiches. ¡Disfruta!". Se veía también un dibujito de la cara de Toga. Al final me pagó de vuelta. Genial.

Se sentó y comenzó a comerlos. Escuchó unos pasos acercándose a él y vio a Toga con una sonrisa ligera. Tenía... ¿labial? ¿Me perdí de algo?

Deku: -boca llena- P-dría cnsid-rar dar-te unu se m- lo pi -traga- des por favor.

Su sonrisa se ensanchó un poco mientras caminaba y se sentaba en la silla junto a Deku. Él se puso alerta mientras un escalofrío recorría su espalda. Los dedos de la rubia jugaban con los del peliverde.

¿Qué intenta? No puede seducirme con esto... no con esta ínfima cantidad.

Deku: ... qué ocurre? ¿Tengo algo en la cara?

Toga: Nop... pero si tienes algo en tu estómago.

Deku: Sí, el pastelillo.

La chica rio y él ladeó la cabeza con muchas interrogantes que calló en su mente.

Toga: ¡El pastelillo estaba envenenado! ¡Y el antídoto está en el labial! ¡Quiero qu-

Él ya no estaba en su vista, bueno no estuvo por unos segundos, después volvió masticando algo con un poco de disgusto. Ella notó que ya no había pastelillos tampoco.

Deku: Nunca compras labial. Supe de inmediato cuál era.

Toga: ¿Qué hiciste?

Él tragó y miró hacia el piso unos segundos, después la vio de nuevo.

Deku: La opción más viable.

Toga: ¿Cuál?

Guardó silencio unos segundos antes de eructar un poco sonoramente. Se cubrió la boca con pena otro par de segundo antes de hablar.

Deku: Me comí el labial.

.

.

.

Deku: ¡¿Ahora por qué lloras Mai?!

La chica orejas de perro se encontraba al fondo dando las vueltas alrededor del gimnasio junto los demás, pero se encontraba moqueando y lagrimando. Irritado (como siempre) se dirigió a ella y siguió su ritmo.

¿Maestro?¿En serio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora