“Pretending”
Cada vez que Tom abría la boca para insinuar que había algo más que hermandad entre Bill y él, el rubio desviaba la mirada o apretaba los labios, en una sonrisa forzada. Georg y Gustav lo habían notado desde el comienzo, no por nada habían sido amigos desde la infancia. Además, fueron ellos quienes estuvieron allí cuando su relación se rompió, y no era solo el asunto de Verina, sino todos los hombres y mujeres que vinieron después, como una especie de venganza de los gemelos, intentando herir más al otro, sin darse cuenta que las verdaderas víctimas, de esa estúpida contienda, eran ellos mismos.
Cuando el “Meet and Greet” terminó, los cuatro se prepararon para almorzar, pero al llegar al comedor, Tom agarró el brazo de su hermano, con más fuerza de la necesaria y lo regañó, con los dientes apretados.
—¿Podrías dejar de ser tan egoísta y mostrarte más feliz ante las cámaras?
Los G’s bajaron los tenedores y guardaron silencio, sabían que no debían meterse en medio de una pelea Kaulitz.
Bill cerró los ojos y trató de contar hasta diez, pero solo llegó hasta el cuatro y explotó—. ¿Yo, egoísta? ¿Yo? —Se soltó del agarre y giró para encarar al mayor—. ¡¿Cómo demonios se te ocurre inventar algo como el “Toll”?! ¿Tú y yo, Tom? ¿Acaso olvidaste que somos hermanos y que todo el maldito mundo lo sabe? ¿Cómo se te ocurre a ti, decir algo como eso en frente de las cámaras?
—Es parte de la publicidad —respondió con frialdad, arrugando el ceño—. Ellas lo creen y les gusta, hay que darle al pueblo lo que pide.
—Eres un idiota, Tom. Sigues siendo un jodido idiota. —Volteó dispuesto a irse, pero Tom volvió a agarrarlo del brazo—. ¡¿Qué?!
—Toma tu té, debes refrescar tu garganta para el concierto.
Bill tiró de su brazo para liberarse y salió del comedor, dejando a todos allí, sin ánimos de comer.
—¿Es necesario que lo molestes justo a la hora del almuerzo? —Preguntó Gustav, cogiendo unos trozos de pan, para preparar un rápido aperitivo.
—¿Qué? —Tom los encaró con el ceño apretado—. Todos saben que el Twc es parte de la promoción.
—Pero ya no hay Twc —dijo Georg, dando un sorbo a su vaso de agua—. Y a él le lastima que utilices algo que fue sagrado en su vida.
—Si hubiera sido tan “sagrado”, no lo habría arruinado. —Tom se sentó en una de las sillas y empezó a comer, sin mirar a nadie.
Gustav se levantó con el sándwich en un plato y salió en la misma dirección de Bill. Estaba a punto de entrar en su cuarto, pero escuchó un sollozo ahogado, como si el cantante no quisiera ser oído por nadie. Se apoyó en la puerta y aguardó hasta que el sonido cesó, luego abrió en silencio y entró.
—Debes tener hambre —dijo con voz relajada.
—No, la verdad no tengo hambre —respondió Bill, recostándose de lado en la cama.
Gustav se sentó a los pies y dejó el plato a un lado, para dar palmaditas de apoyo en las interminables piernas del otro—. Debes comer, aunque sea un bocado.
—Gracias, Gusti, pero si como algo ahora, lo vomitaré.
—No le hagas caso, ¿okey? Tom solo quiere hacer las cosas bien. Quiere actuar como un buen manager.
—Pues debería empezar recordando que justamente fue por eso que despedimos a David —respondió Bill, girando para mirar a su amigo, tenía los ojos brillantes, pero estaba luchando contra las ganas de llorar—. Solo se porta como un idiota.