𝗘𝘃𝗲𝗿𝘆𝘁𝗵𝗶𝗻𝗴 𝗶 𝘄𝗮𝗻𝘁𝗲𝗱

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Sostuvo con fuerza los barrotes tras el, aún a pesar de que la idea recorrían en su mente hace mucho tiempo ya, el temor aún estaba ahí.

¿Que sería de el luego? ¿Seguiria sufriendo? ¿Las lágrimas aún correrían por su rostro? ¿El dolor aún se hospedaria en su pecho? ¿El vacío desaparecería? ¿Al fin sería libre?

Miro fijamente el agua, aquel momento, a punto de lanzarse, se sentía como si el tiempo se hubiera detenido, como si los pájaros ya no pudieran volar, como si los autos ya no pudieran arrancar, como si el mar hubiera dejado de andar.

Ahora todo se trataba de él, aquello le gustaba.

─¿Estas dispuesto a hacerlo? ─una voz sonó detrás de él, asustandolo.

Volteo con rapidez, un chico pelinegro observaba seriamente sus reacciones, lo miraba sin expresiones, sin sonrisas compasivas, sin desesperación.

Como si lo que fuera a hacer, no fuera la gran cosa, como si quitarse la vida no fuera importante.

Temblo.

─¿No me escuchaste? ─se acercó a pasos lentos, hasta terminar recostado contra el barandal, a su lado.─ Es un buen puente, uno alto, las probabilidades de que salgas vivo de esto es baja, así que, si lo haces no hay retorno, pero creo que si estas aquí, no quieres que lo haya. ─hablo, su oscura mirada bajo a ver hacia abajo, soltando un leve silbido.

─¿N-no vas a detenerme? ─hablo, con la voz rasposa, extrañado.

¿Por qué no hacia nada?

─No, ¿Por qué te condenaría a vivir una vida que ya no soportas? Estas aquí, de pie en el borde de un puente, con una sonrisa relajada en tu rostro al sentir el aire fresco en tu rostro, dime, ¿Qué fue lo que te lastimó para que encuentres la paz en este acto?

Bajo otra vez la mirada, las olas volvieron a luchar contra ellas, el tiempo había vuelto a moverse, ya no sentía aquel lapsus en el que tan bien se sentía.

─No lo sé, jamás tuve lo que anhelaba, mis padres jamás estuvieron para mi, mis amigos consiguen mejores personas y mi mente me recuerda cada día que no merezco vivir, dime, ¿Como creer que pertenezco aquí cuando nadie parece notarme? Hasta tú, que prefieres dejarme saltar a que detenerme, así de poco valgo en la vida de los demás, quiero dejar de sentir que estorbo, quiero dejar de sentir.

El castaño a su lado se mantuvo en silencio, sus ojos color rojo ante las lágrimas se abrieron en grande cuando de pronto, el chico estaba a su lado, también sosteniéndose de los barrotes.

─Si tu lo haces, iré contigo, para que tengas un amigo si hay un más allá. ─sus miradas chocaron, una brillando en miedo y otra relajada.

─¡¿Que crees que estás haciendo?! ─grito asustado, aquello ya no se sentía bien, aquello no se sentía correcto─ ¡Vuelve a subir! ¿Acaso te volviste loco?

Se encogió de hombros, una pequeña risa brotó de su boca.

─Volvere ahí si tu vienes conmigo, en caso de que no lo hagas, seguiré aquí, a dar mi vida contigo. ─volteo a bajo─ en cierta forma, el mar me relaja, morir ahí no sería la peor desgracia.

Se movió con rapidez devuelta a piso firme, tomando con fuerza el brazo del chico, atrayendolo a él.

─Por favor, Minho, no vuelvas a hacer algo así jamás. ─rogo, abrazando al castaño con fuerza.

Sintio los brazos contrarios rodearlo con la misma fuerza, caricias pronto estaban siendo esparcidas a lo largo de su cuero cabelludo.

─Y tu jamás vuelvas a hacer algo así, Channie, tu no eres un estorbo en mi vida, tu no eres algo que pueda reemplazar como a las latas de gaseosas. ─susurro, pronto sus oscuros ojos comenzaron a llenarse de lagrimas─ Tu en mi vida siempre serías el primero, no vuelvas a pensar en lo contrario.

𝗛𝗼𝗴𝗮𝗿 ;ChanHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora