Reencarnaciones (SasuNaru)

Romeo y Julieta

Imagen perteneciente al artista en Twitter; mi @mi73suki

—¿Quién eres tú, que te ocultas en la noche, que irrumpes en mis pensamientos?— Julieta.

—Es necesario que yo reciba noticias tuyas cada hora del día, porque cada hora de tu ausencia representa más de un día— Julieta.

—¡Mi amor ha nacido de mi único odio! Muy pronto le he visto y tarde le conozco. Fatal nacimiento de amor habrá sido si tengo que amar al peor enemigo— Julieta.

—Para el amor no hay barrera de piedra, y, como el amor lo que puede siempre intenta, los tuyos nada pueden contra mí— Romeo.

—No soy piloto, pero, aunque tú estuvieras lejos, en la orilla más distante de los mares más remotos, zarparía tras un tesoro como tú.— Romeo.

—¿Delicado el amor? No, es duro, es áspero y agresivo, es punzante como el espino— Romeo.

Cuando las personas están protegiendo algo realmente especial para ellos, realmente pueden volverse... tan fuertes como pueden ser.

La culpa, el remordimiento, la poca calma, el estrés, las limitaciones, su odio, la escasa amabilidad, su enojo, poca apatía hacia otros, el desinterés, sus malas decisiones, su dolor, su vida y los demonios interiores de Sasuke eran irremediablemente notorios para Naruto.

Siempre se encontraba estoico, con la mirada fría y sin una sonrisa en el rostro, así era Sasuke Uchiha, pero aunque estuviera miles de kilómetros lejos, Naruto siempre notaria su sentir y el pensamiento que rondaba su mente.

Las insatisfacciones, la infelicidad, la constante burla a su puesto como Hokage y su propio vida, la inseguridad sobre el mañana, el peso de una aldea sobre sus hombros y el bienestar de otras personas ajenas a él siempre están allí, arruinando su poca cordura y mentalidad.

Pero algo que caracteriza a Naruto es que era fuerte, demasiado fuerte. Quizás un poco muy manipulable, demasiado flojo, muy distraído, manipulador y egoísta, pero aun así demasiado bueno e interesado por los otros. Algo que Sasuke  odiaba de él, porque siempre estaba de bonachón con quien le pidiera ayuda.

Aun así, se encontraban en los brazos del otro intentando calmar ese dolor constante en sus viejas heridas, pensando en los errores del pasado y el como el tiempo cambia la perspectiva de una visión que fueron antes.

Calmar el desasosiego de una vida de la que no se arrepienten al final ni de las decisiones que han tomado. Porque eso fue lo que los forjo como personas y la razón de que ahora estén allí. Juntos.

Y Sasuke para mostrar que no está más que decidido en quedar así, con una muda palabra de lo que acontecerá después de sus acciones y el cómo lo tomara su semejante. 

—¿Qué luz alumbra esa ventana? Es el oriente, y Julieta, el. Sal, bello sol, y mata a la luna envidiosa, que está enferma y pálida de pena porque tú, que la sirves, eres más hermoso— Romeo.

Entonces con esas ideas en mente se acerca a la ventana, lanza suavemente una piedra al vidrio sin romperla, llama a su amigo de toda la vida y espera pacientemente.

Espera muchas cosas de Naruto; puede rechazarlo si gusta, puede aceptar ese yo que le muestra sin filtros y mentiras o puede simplemente fingir demencia, decir que nada paso y continuar con sus vidas hechas.