capitulo I.

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Tengo la sensación de los gritos en mi garganta mientras observaba tu cuerpo desfallecer frente a mis ojos, aun conservo las lagrimas secas en las mejillas las cuales solías besar miles de veces durante segundos y horas de mimos, toda vía guardo tus vestidos con recelo ademas de que tus fotos están arrumbadas en una esquina de mi habitación haciendo un pequeño altar tuyo, sin embargo no es mucho, no es suficiente.

en las noches me acuesto con ella pensando que es tu cuerpo el que tomo en posesion, aquel cuerpo vivo, algo rellenito, con mejillas regordetas color rosa las cuales se sonrojan con fuerza mientras te admiro en las soledad de un engaño triste.

No te pido perdón, pues no lo merezco, no estoy en derecho ni en posición de ir a tu tumba y arrodillarme frente a ti y llorar en silencio, pero tu padre no se mueve de ahí, tampoco tu madre y tu hermano, sin embargo ellos ya me perdonaron, no puedo mirarlos a la cara, no después de lo que ocasione, no después de engañarte en tu casa, en tu habitación, en tu presencia en el cuarto de los invitados

perdóname por no reír contigo y si con ella, por hacer bromas sobre las cosas que solos tu y yo sabíamos, lamento tanto traicionarte jugando con nuestra hija en su casa, por acostarme con ella en nuestra cama, por llevarla a nuestro lugar especial, pero estaba celosa, celosa de que tengas un trabajo en la academia de artes, estaba celosa por que ese profesor de baile te ayudaba mientras me veía con la de escritura, con la de ballet para los más pequeños, o la de música, pero quería verte celosa, me enojaba que lo dejaras pasar, que no olieras más haya de tu propio aroma, que no llegues más haya de tu hora, que no te embriagues, pierdas la conciencia y tomes lo primero que camine frente a ti.

me enojaba verte tan serena cuando llegaba tarde, cuando te cancelaba, cuando miraba, tocaba y decía, me irritaba que seas permisiva en oler a otros, por que significaba que tu me amabas mas que yo, que a pesar de todo me perdonabas, o solo eras muy tonta, por que se que tu sabías, te vi llorar, te escuché sollozar, te observe esmerarte aun más con las cosas, cada vez que te arreglabas para mi, te ponías tu perfume favorito, bailabas en la cocina mientras preparabas la cena, mierda, claro que si sabia que pensabas que no eras suficiente, y eso me saciaba, me inchaba el pecho.

sin embargo te golpee, una noche tu solamente estabas siendo tu, existiendo en la sala de estar y yo perviví un olor extra en tu ropa, esa noche no me tocaba lavandería, pero ahí tenia ropa interior de la secretaria de tu papá, y la lavaste, estaba mirando la ropa sucia y mire el vestido que te compre, olía al profesor de escritura, me enfurecí y te golpee, luego recordé que era nuestro aniversario y reservaste una cena para ti y para mi, lo vi en tus ojos, en dolor, la tristeza y enfurecí mas, por que lloraste, en sus hombros, mientras comías un algodón de azucar o un helado, por que tus deditos andaban manchados de azul y tu vestido traía manchas amarillas.

Tie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora