Keitaro

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Estaba durmiendo tranquilamente y repito "estaba" porque...

DING DONG

Si por eso, en cualquier caso, intentaré volver a...

DING DONG DING DONG DING DONG

... Dormir... ah... iré a ver y si es vendedor y prometo que...

Ah, es Hanae... ok.

"Buenos días, Keitaro-kun" su sonrisa por alguna razón era radiante.

"Hanae, ¿qué haces aquí?"

"No quieres llegar tarde, ¿verdad?"

"¿No te lo dijeron?"

"¿Decirme qué?" Su rostro mostraba genuina confusión.

"Tengo una semana libre después de esa misión de 5 días".

"Oh, claro, ya veo... ¿Y qué tal si...?"

"Ve al trabajo"

"¿Eh?"

"La que llegará tarde serás tú si no te das prisa"

"Pero yo..."

"Adiós" cerré la puerta y procedí a acostarme para volver a dormir. Pero en lugar de hacer eso, no pude evitar recordar cuando entré a la asociación.


Recuerdo que antes de eso, tenía una familia en la que era feliz... hasta ese día...

Regresaba de la escuela cuando encontré la puerta de mi casa anterior abierta, con miedo creí que eran ladrones, pero era algo peor, al llegar a la sala me encontré con la horrible escena de mis padres y hermanos con sus caras llenas de terror, con sus cuerpos llenos de heridas de las que les salía sangre.

Pensé que lo que sea que hizo esto había desaparecido, pero me equivoqué, un ruido proveniente de una de las entradas de la habitación me asustó al encontrar la causa de esta masacre, un demonio.

"Oh, pero ¿qué tenemos aquí? Pensé que eran solo ellos, pero parece que tú no estabas aquí, ¿no es así, pequeño?"

"¿Qu-quién eres? ¿Por qué hiciste esto?"

"Oh, bueno, se estaban interponiendo en mi camino... Aunque parece que no sabías sobre sus identidades, ¿verdad?"

"¿I-identidades?"

"Entonces tengo razón, no te haré nada, ya que no vale la pena"

Solo podía mirarlo con horror y al mismo tiempo, una ola de ira crecía dentro de mí, aun así, no podía hacerle nada y esas palabras que dijo no serían válidas.

Fue entonces que se escuchó abrirse la puerta principal, dando paso a unos sujetos que no conocía, pero que tenían uniformes extraños, ellos cuidaron al demonio y el que parecía ser el líder se acercó a mí.

"¿Estás bien niño?" No pude responder debido al shock que aún estaba en mí "No te preocupes, ahora no pasará nada" Después de eso, ese hombre me llevó a lo que sería mi nuevo hogar, nada más y nada menos que el orfanato de la Asociación de la paz entre humanos y demonios o APHD.

Se llevaban a los niños que sufrieron ataques de demonios y quedaron huérfanos, principalmente ese lugar era para que las familias fueran a adoptar un niño, ya sabes lo que es normal en los orfanatos.

Solo unos pocos preferían entrar a la asociación para trabajar en ella, yo era uno de esos niños, ya que mi odio hacia los demonios era muy fuerte, no podía pensar ni un poco que existieran demonios benévolos.

Estaba claro que mi mentor y tutor, Alan Romero (líder de la operación en ese momento) quería que intentara unirme a unos demonios y sabía que quería que les diera una oportunidad, pero era imposible, no podía ver algunos de esos seres sin sentir náuseas ni odio.

Mucha gente me dijo lo mismo, que si soy consciente que dicen que hay demonios que no son del todo malos, pero yo soy de las personas para ver, es creer y, por lo tanto, no creo poder vivir con ninguno.

No pude volver a conciliar el sueño y por eso decidí salir, no sé a dónde, pero saldré para despejarme.

ஜீஜீ•.¸¸.•*'*•.•ஜீZorro cazadoஜீ•.•*'*•.¸¸.•ஜீஜீ

El centro comercial era una buena manera de relajarse, muchas chicas me miraron varias veces, pero no tenía ganas de hacer nada de eso. Luego se escucharon varios gritos, corrí hacia ellos encontrando unos demonios atacando a un local.

Como pude tomé a varias personas ayudándolos a escapar sanos y salvos, fue entonces cuando aparecieron los demonios, eran algo así como animales antropomorfos, intentaban someter a una chica que se negó, disgustados, dijeron en voz alta que la matarían, allí no había nada que pudiera hacer, eran demasiados incluso para mí.

Justo cuando pensaba que sería otra vida la que caería de mis manos, unas llamas alcanzaron a los atacantes, haciendo que liberaran a la niña, permitiéndome ayudarla.

"MALDITO TAKASHI, ¿POR QUÉ TE METES EN TODO?"

"Ya mataron a muchos, ¿y querían hacerle lo mismo a una pobre niña?" Miré hacia esa voz encontrándome con un chico de cabello castaño rubio con orejas y muchas colas, por primera vez veo un Kyubi, raza de la que tanto había oído hablar.

"¿Adónde crees que van?" Los atacantes huían, pero fueron detenidos por otras personas que supuse también eran demonios "¿pensaste que vine solo?" Una sonrisa juguetona apareció en su rostro.

"Te maldigo zorro, cuando salga serás el primero en ser jodido"

"Lo espero con ansias, lindo", le lanzó un beso enojando aún más al tipo.

"¿Todo el mundo está bien?" Todos los humanos presentes asintieron "bueno espero que tengan una buena vida, y si tienen algún otro problema no duden en llamar a la asociación demoniaca" dicho esto se fue y apenas me pasó cerca de mí pude verlo de cerca, tenía un aura increíble que dejaría atónito a cualquiera, incluso a mí, así que tuve que sacudir la cabeza para no pensar más en ello.

Regresé a mi casa, solo podía pensar que tal vez sí había demonios buenos que ayudaban a los humanos, aunque luego lo pensé mejor y posiblemente solo era parte de su trabajo y era malo, con ese pensamiento me fui a dormir. 

Era imposible que un demonio fuera tan bueno, y estoy tan seguro como que me llamo Keitaro Inoue.

Zorro CazadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora