"Pesadilla"

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[Notas del autor]

Todos los personajes involucrados en este relato, pertenecen a Supercell y fueron creados por personal de esta misma empresa. Además, por lo menos en esta historia, son mayores de edad; a continuación, se detalla mejor esto:

Shelly: 25 años
Colt: 27 años
Bull: 38 años
Belle: 54 años

Dicho esto, les dejo el relato. Espero que les guste.

P.O.V Shelly

Anoche viví quizá una de las peores pesadillas de mi vida. Una pesadilla donde estuvo involucrado también mi querido Colt...

Todo sucedió en el bar de Bull. Ya era casi medianoche, y los únicos presentes allí, además del dueño, éramos Colt y yo, pues Bibi y Crow se habían ido ni bien terminó su jornada.

Bull era muy buen amigo nuestro, por lo que algunas veces nos quedábamos charlando un rato más cuando todos se iban, y tomábamos algo. Justamente, ello es lo que estábamos haciendo antes de que lo peor viniera. Cabe resaltar que yo fui la que menos tomó de los tres, y Colt fue el que más lo hizo.

-¿Les apetece otro vaso? -nos ofreció Bull amablemente mientras pasaba un trapo por la barra.

Aunque sintiera algo de ganas, decidí no aceptar, pues procuraba no irme borracha a casa. Sin embargo, Colt no pareció pensar igual.

-Claro. Estoy para uno más -respondió con poca claridad. Ya con ello, y con la cara que tenía, cualquiera podría darse cuenta de su estado.

-Este... Retiro lo dicho. Shelly, será mejor que se vayan por hoy -me aconsejó rápidamente Bull.

-Sin ninguna duda -contesté poniéndome de pie-. Cariño, es hora de irnos -ordené luego a Colt intentando levantarlo de su asiento.

-Vamos, violetita. ¿Qué es un poco de cerveza para alguien como yo? -balbuceó sin lograr evitar que lo pudiera cargar entre mis brazos.

No le hice caso, y saludé apurada a Bull.

-Nos vemos otro día, Bull. Adiós.

-Adiós, chicos.

Luego, abandonamos el lugar. Colt tenía hipo, y balbuceaba de vez en cuando, mas yo no le prestaba atención, porque solo eran palabras típicas de alguien en plena borrachera.

Las calles y los demás alrededores estaban apenas iluminados por las estrellas y los postes de luz. El lugar estaba completamente desolado, o al menos eso creía, pues poco antes de llegar al cruce peatonal más cercano, escuché a algunos metros un sonido familiar, como de una campanilla...

Levemente preocupada, volteé la mirada unos segundos, y vi que las puertas del bar de Bull se movieron. ¿Alguien más entró a esas horas aparte de él? ¿Acaso no había cerrado? ¿Aún estaba ordenando antes de irse?

Antes de tener ninguna otra pregunta, cambié de dirección y volví tan rápido como pude a ese lugar.

-¿Shelly? -volvió a balbucear Colt, a quien aún cargaba entre mis brazos, por supuesto.

-Ahora no, Colt -le interrumpí.

Ni bien llegamos, lo dejé acostado en la vereda y asomé mis ojos por una ventanilla del bar para revisar si había peligro para Bull.

Como me imaginaba, las luces estaban encendidas ahí dentro, y Bull aún estaba ahí. Sin embargo, no era el único. Con él, había otra persona: una mujer que parecía tener unos cuantos años encima, o ello delataba su cabello blanco y canoso. Además, tenía unos lentes de cristal rojo, y un brazo dorado que parecía artificial.

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