Capitulo 1

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Entre las hojas del árbol penetraba la luz del sol, era tan intensa que hacía voltear la mirada. Al cerrar los ojos aparecía la imagen, como una sombra, un cuchillo.

Ya habían pasado algunos años, en ese tiempo su papá lo sacaba de la tienda antes de ir a dormir. Cuando era pequeño lo distraían los sonidos de la noche y se la pasaba preguntando a su papá de donde provenían, pero llegó el momento en que lograron cautivarlo, las estrellas.

Es que el oído siempre se desarrolla más rápido que la vista, el bebe aun no abre los ojos pero cuando lo ponen en el pecho de su madre, el latido de su corazón lo llena de paz, lo hace regresar. Es por eso que Abraham lo cargaba en sus brazos y le hablaba al oído. Y un dia lo que le decía tomó sentido.

Al pasar el tiempo, su papá ya no tenía que buscarlo, ni llamarlo para que saliera. Al no encontrarlo dentro, salía de la tienda para encontrarlo acostado boca arriba sobre aquella roca, no alcanzaba a distinguir sus facciones, solo su silueta, pero como si pudiera enfocar más de cerca, veía la silueta de sus párpados, como se tardaban en parpadear, lo hacían en cámara lenta, estaba cautivado, como si las contara, como si eso fuera posible.


- "Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar," el me dijo: "Así será tu descendencia"


Su papá ya no miraba los cielos, miraba los ojos negros de su hijo y ahi veía el reflejo de las estrellas. Un dia su hijo lo volteo a ver y al ver una lagrima salir de sus ojos, le preguntó:


- "Abba, ¿por qué lloras?"


Sin esperar la respuesta, volvía la mirada a las estrellas, la encontraba y le respondía: "esa, esa estrella, apareció el día que naciste tu."

¡Qué fascinante! Siempre se había preguntado lo mismo, ¿cómo sonaba su voz? Su padre la había descrito una y otra vez, pero no había descripción que aplacara la necesidad y urgencia que ahora sentía de escucharla él mismo.

La muerte de su madre no solo le había dejado un vacío en el pecho a su padre, también lo había dejado en él, y esa tarde, volvió una vez más el recuerdo. El recuerdo de la sonrisa que se formaba en sus labios cada vez que decía su nombre. Su mamá siempre le decía: "Tú eres mi Isaac, tu eres mi sonrisa"

Tu eres mi sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora