Drake
Los días se sucedían, y Dariel y yo no hacíamos sino evitar el tema del que teníamos que hablar. Nuestras conversaciones se habían vuelto parcas, escasas e incómodas; ya no me preguntaba por Arianna ni me hacía referencia alguna a ella. Era obvio que evitaba hablarme de amor, porque no sabía cómo reaccionaríamos ninguno de los dos. Lo único que yo tenía claro era que, por atracción o por ciencia infusa, cada vez deseaba más besar los labios prohibidos de mi hermano. Cada vez que le veía, reprimía mis ganas de obligarle a repetir el momento en el que casi cierra mi boca con la suya, pero concluyéndolo esta vez. Dariel me estaba volviendo loco, como nadie había hecho antes, significase eso lo que significase.
Harto de esta situación, le oí llegar de clase uno de los días que por exámenes se quedaba más tarde que yo, y le pedí que se sentase conmigo. "Tenemos que hablar", le dije. Parecíamos una pareja, y muy a mi pesar sonreí al cruzar esta idea mi mente. Esto no ayudaba precisamente.
-Tenemos que hablar de... Del otro día, Dariel -comencé, visiblemente nervioso; pero no tanto como él.
-L-Lo sé... Drake, yo no sé qué me ocurrió, por qué intenté... B-besarte, pero... Estuvo mal, eres mi hermano y... Y esto no puede ser, Drake... -Me explicó, arrepentido y con un hilo tembloroso de voz.
-Solo dime -cogí aire para lo que estaba por decir. Siempre había gestionado óptimamente las situaciones difíciles, y esta no iba a ser una excepción- si soy el único de los dos que piensa en ello a cada instante, porque yo... No sé cómo sentirme -confesé, manteniendo relativa entereza.
Dariel
-Solo dime si soy el único de los dos que piensa en ello cada instante, porque yo... No sé cómo sentirme.
Creí haber muerto y estar en el cielo y el infierno a la vez al oír esa declaración de principios de mi hermano. Me sentía feliz, muy feliz de que al menos se replantease sus sentimientos. Pero el sentirme así me provocaba una sensación de culpa insoportable. No quería hacerle ningún mal a mi hermano, y temía meterle en problemas si algo ocurría entre él y yo. Decidí contarle la verdad, ya que él me la había dicho a mí.
-¡Drake! N-no... No eres el único, yo... Pienso en cuando casi te besé cada instante -reconocí, avergonzado.
-Y... ¿Sigues queriendo hacerlo? -Me preguntó de sopetón él, dejándome paralizado.
-Yo... Sí -bajé la cabeza, incapaz de mentirle. ¿Qué iba a pensar de mí ahora? ¿Por qué coño tuve que hacer eso? Nada bueno podía salir de aquí, eso estaba claro.
Noté que se acercaba a mí con delicadeza, y que me subía la cabeza para que le mirase. Estaba muy cerca de mí, y mi corazón comenzó a latir aún más rápido.
-¡Dr...! ¿Qué? ¿P-Por qué...? E-esto no está bien, yo... -Traté de frenarle con mis palabras, aunque todo mi cuerpo gritaba "Ven", y él lo sabía.
-Si... Si nos besamos ahora, Dariel -comenzó, ruborizado ante mi sorpresa-... Esta tensión se acabará... ¿no?
-S... Supongo -dije, esperando realmente que lo que decía fuese cierto.
-E... Entonces... Bésame, Dariel.
