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Hoy era el día. Era hoy o nunca.

Jungkook se levantó como todos los días, re programando su alarma cada cinco minutos ya que el primer despertador no era suficiente y debía haber unos cinco más que le recordaran que si no se levantaba llegaría tarde a la escuela.

Su cabeza dolía por la imaginaria resaca del día anterior tomando jugo con sus amigos y jugando videojuegos hasta el anochecer como si no tuvieran tarea de álgebra esperando a ser resuelta en sus mochilas socias y desgastadas. Fuera como fuese, Jungkook arrastró sus pies fuera de su cama y de forma adormilada se duchó mientras la ducha lo despertaba lentamente.

Se cambió, se perfumó y salió de su casa despidiéndose de su madre y robándose una pieza de pan de la panadería familiar antes de tomar el primer autobús que lo llevaría a su escuela. Al entrar y pagar su pasaje recordó entonces que tenía algo importante que hacer ese día y no, no era el trabajo de química a medias que seguro terminaría en cinco minutos apenas llegara a su clase, esto era otra cosa, y entonces lo recordó.

Tenía que contarle a Dahyun la verdad.

Quiso regresar a su casa a practicar frente al espejo como decirlo pero no había más tiempo, así que busco un asiento en el autobús y en su mente intentó armar un diálogo prudente para su confesión.

"Dahyun, en realidad sí se escribir. No me odies."

Tal vez era muy sencillo. Demasiado sencillo y casi frío para ser algo tan grave.

"Dahyun, te mentí para pasar tiempo contigo."

Ese suena mejor pero es ambiguo, las confesiones deben ser directas y sin rodeos.

"Dahyun, me mudaré a Europa, no intentes detenerme."

Esa no es una confesión pero es un buen plan.

Sin decidirse por cuál de las tres elegir, Jungkook se bajó en la calle frente a su escuela y entró al edificio, sus dos amigos lo estaban esperando sentados en las escaleras del edificio que daba a la planta donde estaban sus salones de clases.

Entre bromas entraron al salón de su primera clase, en la que Jungkook se sentó a terminar la tarea de química que claramente no terminó y esperó la llegada de Dahyun a su clase para decirle lo que tenía que decirle. Cuando Dahyun arribó a la clase y saludó a Jungkook y a sus amigos, el castaño le miró dulcemente y con nerviosismo le dijo:

"¿Podemos hablar en el receso?"

Dahyun aceptó y sin dudar un momento de la palabra de Jungkook le dio toda su confianza a la hora del receso, cuando ambos bajaron hasta el patio y uno frente al otro sentados bajo un árbol se dijeron la verdad.

"Dahyun, siempre he tenido buena ortografía, la he usado para mentir, perdóname." Dijo nuestro héroe desviando su rostro de Dahyun para no mirar la decepción de su rostro.

"Oh, Jungkook, no temas de mi, lo he sabido desde el principio, podemos estar juntos." Le respondió Dahyun tomando de su brazo para calmarlo.

"No, Dahyun, no deberías estar con un idiota como yo." Repuso Jungkook negándose al perdón de Dahyun.

"Jungkook, yo te amo." Confesó la chica buscando el rostro de Jungkook y uniéndolo al suyo en un beso.

Y....no en realidad eso no pasó. Todo formaba parte de la conversación falsa y muy parecida a los diálogos de Shakespeare si hubiera nacido en el siglo XXI que Jungkook se había creado en la cabeza mientras estaba en el autobús pensando que decirle a Dahyun cuando llegara a la escuela.

Mala Ortografía ; J.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora