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Holi c:

Esta es una historia basada en parte de sucesos religiosos existentes, católicos ser exactos asi que en un comienzo aclaro que se tomaran temas de índole (religiosa) y junto a ello mencionar que esto es FICCIÓN.

¿Porqué digo esto?
Porque habrá cierto desliz con respecto a lo que se relata y se cree de religión por lo que causará cierto malestar o incomodidad posiblemente.

Así que por abstenerse a realizar despectivos o hirientes, entender que esto solo es inventado y que si se tratará de sucesos algo fuertes acerca de Dios, por eso mismo por favor, DISCRECIÓN.

Gotas, claras gotas de lluvia iban cayendo impacientes por los vidriales isninificantes que daban algo de claridad a ese cuarto oscuro y la ventisca azotando fuertemente las mismas, el interior de aquel departamento no podía ser oyente de nada, mu...

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Gotas, claras gotas de lluvia iban cayendo impacientes por los vidriales isninificantes que daban algo de claridad a ese cuarto oscuro y la ventisca azotando fuertemente las mismas, el interior de aquel departamento no podía ser oyente de nada, mutizado tan igual a un cementerio, y en medio de todo una mujer golpeaba sin piedad alguna a su hijo.

—¡Te advertí, te dije que no te amarres el cabello!

El sonido de una bofetada dio vida al lugar, y después de esa otra más, y este míseramente trata de apaciguar la ira de su madre con desespero.

—P-Perdón mamá, ¡no lo volveré a hacer te lo prometo! —chilló, tomando a su madre de las manos para que parara de una buena vez.

La mayor bramando de exaspero poco a poco dejó a un lado la violencia, mordiendo sus uñas y susurrando incoherencias como consecuencia, ambos todavía en el suelo se miraron, ambos vacíos por dentro.

La primera en reaccionar fue la señora Shiota, quien solo se acomodó su saco azulino, se levantó sin siquiera dar un vistazo a su primogénito para finalmente retirarse de la habitación.

Los tacones altos galopando delicadamente haciendo eco hasta llegar a la entrada, la puerta abriéndose y cerrándose poco después fue la señal para que el joven aún en el suelo pudiese moverse.

Después de tomar estabilidad quiso ir hacia al baño a poder hacer algo con su ropa, pasando sin remedio alguno por el gran espejo de su armario.

Teniendo al poco rato de verse un sentimiento de completo tristeza, a si mismo.

Era algo común apreciarse en tan mal estado, pero una pequeña parte suya añoraba intensamente empezar ese ciclo escolar con entusiasmo. Y como era de esperarse, su pobre petición no había sido escuchada

—¡A-Ah!

Los moretones en sus hombros empezaban a hacerse de notar, con el intenso dolor y color característico, esperaba muy pacientemente a que la dolencia se disipara.

Con sus manos temblorosas pasó cada parte de su ropa para poder y con suerte limpiarla del polvo, lográndolo a medias.

—No hay que preocuparse, todo estará bien.

𝘈𝘮𝘰𝘳𝘦... _ 𝙆𝙖𝙧𝙢𝙖𝙜𝙞𝙨𝙖.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora