Nombre: Amore_ Karmagisa
Omegaverse Au
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Soledad, de sosiego es lo único que he sentido y sentiré, y me alegro, porque me hace sentir más humano- no pudieron salir aquellas palabras de sus fríos labios, Shiota... ya había partido en los brazos de...
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Ok, el comienzo del día había sido raramente emocionante para Akabane Karma, porque así afirmaba que se sentía, todavía podía recordar perfectamente todo lo ocurrido ayer por la noche.
De la adrenalina extasiante de la que logró gozar hartamente y sobretodo, de la nueva perspectiva que tenía de su preparatoria.
No pudo haber tenido tanta suerte en haber escogido la preparatoria Kunugigaoka, joder y que lo agradecía infinitamente, y más sabiendo con quien pasaría el resto de sus días académicos hasta fin de año.
Estaba esperando pacientemente a que su nuevo tutor lo presentará ante todos, manteniendo su seguridad y esa sonrisa media luna dirigida para alguien en específico.
A ese niño petrificado por su presencia que raramente ese semblante se veía adorable a vista del de ojos miel.
—Él es Akabane Karma, su nuevo compañero. —replicó el maestro/tutor del salón del end con mucho ánimo. —¿tienes algunas palabras que agregar Karma-kun?
—Si me permite —agrega con esa sonrisa menguante en su rostro sádico— hola Nagisa-chan, me da gusto verte de nuevo.
Algunos no entendieron lo escuchado, otros se hicieron los desentendidos y solo un par de personas reaccionaron incrédulos; ¿cómo es que se conocían?
Pensaron a la par.
Y viendo el rostro de total estupefacción de Nagisa le provocó satisfacción, mucha satisfacción; tanta que no pudo evitar no revolver esos sueltos cabellos azulinos en lo que pasaba a su nuevo sitio.
Era una situación algo extraña, contando que ocurrió a primera hora de la mañana.
Ni siquiera el mismo Shiota estaba seguro de lo que ocurría.
Bueno, que el chico de ayer apareciera al día siguiente con una sonrisa molesta de oreja a oreja hablándole como si fuera su amigo de toda la vida frente a su mentor y los demás fue algo incómodo.
Que molesto eres; pensó el peli celeste sobre Akabane.
Viendo como este se alejaba hasta sentarse en el último asiento de la fila del centro, acomodandose como si fuera un sofá de su casa, le causó solo más molestia. ¡Akabane Karma!
Se dió vuelta indignado de la situación que se le presentó tan repentinamente, inflando sus mejillas a modo de disconformidad, mientras su entrecejo se movía a como sus sentimientos afluían.
—O-Ok... —y como ya había dicho una de esas caras desencajadas por la noticia fue del maestro de turno, quien algo atónito prosiguió —espero se lleven bien entre ustedes... Ahora, abran sus libros en la página donde nos quedamos...
Todos acataron la orden sin más emoción, a decir verdad no era relevante para a quien no conociera al estudiante aquel.
