Mis Mates (Dos Es Mejor Que Uno)

CAPITULO 5.

¡No lo puedo creer ¡fui capaz de enfrentarme a ellos. Al llegar a mi casa papá estaba envolviendo los platos de la cocina en papel.

- Voy extrañar nuestra casa, hay muchos recuerdos – Papá continúa envolviendo los vasos.

- Si yo también voy a extrañar mi casita, ¿recuerdos de mamá? – Deja su trabajo para mirarme.

- Puede que ese tema lo hablemos mejor en el futuro por ahora ve a guardar tus cosas en cajas y cúbrete el cuello-

Solo di la vuelta y subí por las escaleras apresurándome a llegar a mi cuarto, el que siempre este omitiendo el tema de mi madre me molesta mucho, pero mi urgencia por llegar a la habitación no era por el enojo hacia mi padre o el tener que empacar mis cosas si no por sus últimas palabras ¿cubrirme el cuello?

! Hijo de mi suegra ¡ me hicieron ¿Qué es esto, se quita con agua? Papá debe saber que son, pero antes debo cubrirlas. Creo que tengo en mi closet un abrigo cuello tortuga amarrillo que me ayudará perfecto a tapar las cuatro marquitas rojas que hay en mi cuello en ¿Qué parte lo deje, estará dentro de la bola de estambre? Me es inevitable no sonreír pues así le llama papá al "desorden" de mi ropa, solo porque yo no la doblo si no que la tiro toda al cajón ¿para qué doblarla si luego la voy a utilizar y tendré que desdoblarla? Pero papá no entiende esa lógica.

- Te encontré –

Debo admitir que si es un tanto complicado encontrar mi ropa cuando la necesito rápido, jamás admitiré esto delante de mi padre.

TOC, TOC

- Adelante, ¿señor? – La cara neutra de papá no es muy vista por mi normalmente esta siempre sonriendo.

Papá toma una silla de mi habitación y la coloca al frente los pies de la cama para después tomar asiento y con la mano invitándome a hacer lo mismo al frente de él. Se pasa la mano de recha por la cara soltando un fuerte resoplido.

- Nadie me preparo para esto –

- ¿Papi? – me estoy comenzando a preocupar

- No puedo con esta situación, María entra por favor –

- ¿Qué pasa? –

- Ella te explicara –

La nombrada pasa a mi habitación ya no me mira como ayer, hoy su mirada transmite paz y relajación, tiene un vestido verde claro de mangas cortas ajustado en el pecho y suelto desde la base de ellos con unas sandalias plateadas.

- Hablaremos cosas de chicas –

El enojo me recorrió todo el cuerpo llevándome a mirarlo fijamente, solo lleva unas cuantas horas de haberla conocido y ya quiere él que cumpla el papel de madre sustituta y que le hable de mis cosas. Esta loco si cree eso.

- No es nada de lo que tú crees, Ella puede ayudarte más que yo sobre estos temas-

Bueno creo que mi mirada pudo haber sido más transparente de lo que creí.

- No quiero ocupar ningún espacio Adal, solo quiero que nos conozcamos mejor y que confíes en mi-

- Está bien lo voy a intentar-

- Bueno señoritas me retiro –

Mi padre me guiño el ojo antes de salir. El silencio en la habitación no era incomodo, pero tampoco agradable.

- Empezamos mal. Es mi culpa lo sé, pero es normal tú arias lo mismo si encontraras a tus mates cerca de otras mujeres- Trata de disculparse.

- *Dile que ya sabes lo del matrimonio*-