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Ahí estoy yo, sentado en una vereda fuera de la escuela, esperando al albino con el que solo he encontrado problemas. En fin, quizás somos tal cual, yo busco los problemas y él me los provoca. 

Odio el calor y todo lo que se relacione con él. Casualmente hoy no es mi día. El clima está insoportable, ni siquiera hay un arbolito o una sombrita en la que me pueda reposar. JUSTO HOY, GRACIAS UNIVERSO.

-- Andy, ya llegué.

--  ¿Tienes tortugas en vez de pies o qué?

-- ¿Perdona? Apenas dijeron "Sean libres" vine apresuradisimo hasta aquí.

-- Dijeron "Los pendejos salgan" y tú volaste.

-- ¡No me molestes! 

-- ¿Quieres ir a mi casa y hacer el trabajo?

-- Está bien por mi. ¿Es muy lejos?

-- Unas cuantas cuadras, no hay mucho por donde perderse, Andy. - Un escalofrío recorrió mi espalda. 

-- Deja llamar a mi mami. 

-- Ay su mami. -Mi dedo medio habló por si solo. Caminé unos pocos metros lejos de Hayden y dispuse de mi móvil para llamar a mi madre. No sonó ni 2 segundos y me contestó, mi mami es muy atenta. 

-- ¿Qué pasa?

-- Voy a la casa de un amigo a hacer un trabajo.

-- Ya. - Apenas dichas estas dulces palabras me colgó. Soy su hijo favorito - y único - de todas maneras. 

-- ¿Qué te dijo?

-- "Ya".

-- Que amorosa.

-- ¿Por qué te aguantas la risa?

-- Nada. Sígueme. 

Hayden caminó algunos pasos frente a mi, yo lo miré. Me siento... extraño de alguna manera, nunca presté tanta atención a alguien como al chico que tengo al frente en este momento o quizás nunca lo vi de esta manera. Su cabello brilla tanto que me encandila, su espalda es pequeña al igual que su cintura. Él se volteó a verme y es como si sus ojos me hablasen... 

-- Oye pareces un viejo cochino mirándome así. 

-- Lo siento, eres el único amigo que tengo.

-- No es necesario que lo digas, te creo. 

-- ¿Siempre te ha encantado cagar el ambiente?

-- Es mi especialidad. - Hayden me dio la espalda y siguió caminando. Lo seguí y caminé a la par. 

-- ¿No crees que hemos hablado mucho?

-- Eso hacen los amigos, Andy. Los amigos tienen que conocerse. 

--Tampoco es como si nunca tuve un amigo. 

Las nubes comenzaron lentamente a tapar el sol. Por fin sombra.

Hayden detiene el paso, se encuentra de una manera bastante extraña, mira directamente al cielo sin decir nada y con una expresión un poco... ¿Distinta?

-- ¿No te gustan los días nublados?- Un silencio de ultratumba se expandió en el ambiente.

--...

-- Y luego soy yo el asocial.

Hayden se voltea, me mira y sonríe con una dulzura inigualable, inimaginable, todas las palabras que empiecen por "In" y terminen en "ble".

-- Disculpa, no me encantan los días así. Pareciera que el cielo está triste.

Su vida antes de miDonde viven las historias. Descúbrelo ahora