Prólogo [1/2]

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–Eres un maldito inservible! Todo esto es por tu culpa!–

Un padre.... Un héroe para muchos, para mí, un idiota que me maltrató y abandonó...

–Dios porqué no tuvimos un hijo mejor que tú, no sirves de nada!–

Sus golpes y patadas en mi estómago y mi cara ardían demasiado, pero no podía enseñarles mi dolor, o sufriría más de lo que ya sufro

–No entiendo como es que pude parir a un inútil como tú! Ojalá nunca hubieras nacido!–

Mi madre... Un ángel para muchos, un demonio para mi, y esa frase... Fue la que marcó mi vida...

Minutos después de que se encerraran en su habitación, bajaron las escaleras y yo aún sollozando y sangrando de la nariz, pude ver como tomaban las llaves del auto, supuse que saldrían ellos solos, hasta que mi mamá me tomó del brazo y me arrastró hasta la cochera. El auto estaba encendido, mi padre esperando ymi madre tratando de meterme en la parte trasera.

–Ya tuvimos suficiente de ti mocoso... Esta vez, todo se terminó!–

No entendía a que se refería, estaba tan cansado que no pude diferenciar el camino que tomamos...

Hubo un momento en el que desperté y no había nadie alrededor, estaba en una parte de la ciudad que no conocía, en un callejón lleno de ratas y basura..

No entendía lo que pasaba, ya que tenía solo siete años, mis padres no estaban y el auto tampoco... Estaba... Solo...

Sentí como mi cuerpo tembaleaba haciéndome caer en el suelo, mi cuerpo recargado en una de las paredes, mi corazón latiendo como loco, mis ojos a punto de llorar, mis piernas temblando... Todo estaba pasando tan rápido...

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Después de un largo tiempo, tenía hambre,e acostumbré a sólo tener 2 comidas al día, y eso, si me portaba bien...

Mi estómago rugia como loco, pero no podía hacer nada, me daba miedo salir de ese callejón, no sabía hacia dónde ir... Mis ojos estaban rojos por llorar tanto, mis piernas están an dormidas... Creí que ese iba a ser mi fin... Sentía como me desmaya a poco a poco...

Pero... Milagrosamente... Un adulto pelinegro se acercó a mi, no podía ver completamente su cara... Pero lo escuchaba muy bien...

–Oye niño, ¿estas bien? ¿Porqué estás aquí? ¿Estás perdido?–

No pude contestar ninguna de sus preguntas, ya que mi cuerpo no reaccionaba... Hasta que al fin, terminé desmayandome.

Pensé que ese señor solo se fué de ahí... Pero no... Desperté poco a poco y pude divisar que estaba en una cama de hospital con el pelinegro a lado mío leyendo una revista.

–Hm, parece que ya estás despierto, deberías comer algo–

Dijo acercando una bandeja con algo de comida en ella. No lo pensé más y comí demasiado rápido, tenía demasiada hambre y poca energía así que no me pueden juzgar.

Cuando termine, una enfermera entró a revisarme, yo ya estaba acostumbrado a este tipo de lugares, ya que la mayoría de veces aquí terminaba después de una buena golpiza por parte de mis padres.

–Y bien, ¿ya me contaras lo que te pasó?–

Había olvidado que el profesor Aizawa seguía ahí, no tenía otra opción, el me salvo de la muerte, lo menos que podría hacer era responder a sus preguntas.

–Mis padres al parecer me abandonaron–

Dije mientras miraba la cama profundamente.

–¿Tienes información más detallada?–

Dijo sin apartar su mirada de mi.

–Desde que era pequeño mis padres me golpeaban y destruían mentalmente, me decían que era un inútil y que no servía de nada, que era solo una basura andante, y hoy, fue la última vez que pasó eso...–

Empecé a contarle lo que pasó esta mañana, cuando volteaba a verlo, sus ojos reflejaban pena, impotencia y tristeza al mismo tiempo.

–Disculpe, ¿puedo hablar un momento con usted?

Dijo un doctor entrando y dirigiéndose al pelinegro, el sólo se levantó y me hizo una señal de que esperara aquí, en fin, no es como si pudiera ir a algún lado...

No podía dejar de pensar que mis padres tuvieron que llegar a este punto... Abandonarme en un callejón?... Pudieron solo darme en adopción...

Mi cabeza no paraba de dar vueltas, hasta tal punto de causarme náuseas, por suerte había un baño en la habitación en la que estaba.

Después de haber vomitado, el doctor y el pelinegro entraron, me pidieron que me sentara en la camilla, el doctor nos dijo que tendríamos un momento a solas.

–¿Cómo te sientes?–

–Bien creo, acabo de vomitar, pero todo bien–

–Escucha, investigamos a tu familia y a ti, y tenemos registros de que has estado en otro hospital, no sólo una vez, si no varias–

–Si...–

–Bien... El doctor habló conmigo, lo mejor es que te quedes con algún familiar de confianza...–

–No hay nadie más, solo tengo familia aquí y son mis padres..–

El pelinegro solo me miraba, parecía estar tratando de idear un plan.

–Si ese es el caso, vivirás conmigo hasta que encontremos con quien te puedas quedar–

Yo solo me limité a asentir, no podía creerlo, todo eso había sido tan rápido, pero no tenía opción, fuera o no fuera bueno para mí, al menos no estaría con mis abusivos padres...

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Cachorrito (Dabi x Male Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora