I Feel Like I'm Drowing

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Cuando despertó en la mañana lo primero que notó fue que César ya no estaba en la cama. Puso una mano sobre la almohada a su lado después la abrazó sintiendo el perfume masculino ahí, si hubiera despertado un poco más temprano lo vería ahí porqué la sábana aún estaba caliente. Después de un baño, desayunó en la parte externa de la casa sola y se quedó triste por no tener ningun mensaje de César, como siempre se olvidó que hoy era su cumpleañeos. No estaba poniendo muchas expectativas en que él recordara estas fechas porqué nunca hizo caso, pero como todo estaba cambiando pensó que tal vez sería diferente y le dejaría por lo menos una nota.

Dispuesta a no quedarse todo el día en la casa, se fue a un SPA y después de compras, comió en un restaurante del shopping y después volvió a la casa encontrando muchas flores en la mesa principal de la sala. Algunas eran de Elisa, Chema y Rodolfo, otras de algunas pocas amigas que tenía, incluso había algunas orquideas que Ester envió pero no fue en nombre de César. No tenía nada de él ahí. Cuando se fue a su cuarto encontrón algunas cosas sobre la cama y un enorme ramo de rosas que tomaba toda la mesa que tenía en la habitación, ahora sí no necesitaba leer ninguna tarjeta porqué estaba segura que era de su esposo.

"Ya sé que estás enojada pero no me olvidé de tu cumpleaños. Espero que te guste las flores. Esté lista, un coche te va recoger a las cuatro en punto para llevarte a tu sorpresa.

¡Te espero con ansias!

César."

En poco tiempo ya estaba lista. Se puso la ropa que él envío junto a las flores y estaba sobre la cama. Era un vestido largo de color blanco, se sintió rara cuando lo puso por casi nunca usar estes colores tan claros. Además tenía un escote que valoraba los senos, pero se sentía bien y guapa, puso una maquillaje discreta para luego salir retrasada en el coche que la esperaba afuera con el motorista de siempre.

No tardó en reconocer el camino de Vale Del Bravo donde tenían una casa de verano, estaba nerviosa y su corazón latía como si fuera una adolescente. Cuando llegó, aún dentro del coche vio a César acercándose con una enorme sonrisa, tenía gafas de sol lo que dejaba más atractivo y abrió la puerta para ayudarla a bajar.

- Hoy me faltan palabras. -La tomó de la mano y besó hipnotizado con los ojos verdes que brillaba más por el sol. -No hay mujer más guapa que tú.

- No seas adulador. -Con los dedos entrelazados caminaban en dirección al píer donde había un yate aparcado. -¿A dónde vamos?

-A celebrar. -Se detuvieron en la mitad del camino y César la abrazó por la cintura haciendo que Mariana estremeciera para luego besarla de manera intensa cómo siempre lo hacía mientras el viento soplaba el pelo dorado en su rostro. Él se alejó y le quitó un mechón poniéndole detrás de su oreja. -¡Feliz cumpleaños!

- ¡Ay gracias, mi amor! -Se lanzó en sus brazos con fuerza como si ahí fuera su lugar y lo era. -Me quedé muy triste todo el día pensando que habías olvidado...

- Ya lo sé, pero te prometo que voy a recompensarte muy bien. -Dijo con la voz seductora cerca de su oído, tenía una sonrisa maliciosa sólo por pensar lo que planeaba hacer con Mariana. -Yo quería darte una fiesta sorpresa pero soy muy egoísta y no iba a aguantar compartirte con otras personas por horas... Entonces la enorme celebración se quedó para mañana.

- ¡Ay contigo no se puede!

En pocos minutos estaban en el yate. Era lindo y nuevo porqué Mariana no lo había visto antes por ahí. No tardó mucho y estaban distantes de la casa, César estaba conduciendo mientras ella miraba el caer del sol sintiendo una paz que hace mucho no tenía y no tardó para que él se acercase con dos copas de vino para después abrazarla por la espalda.

César y Mariana- One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora