Aventuras en el Queso de la Realidad

Prólogo: La HISTORIA

La HISTORIA

Un hombre sabio dijo una vez -La realidad es como el queso gruyere, nosotros vivimos en uno de los agujeros, pero ¿quién sabe lo que hay en los demás agujeros?- Como es bien sabido por todos ese hombre se llamaba Reggiano Von Gouda el más grande quesero de todos los tiempos, pero esa nos la historia que he venido a contaros... 

Esta es la HISTORIA, la historia sobre la gran verdad detrás de la mejor mentira jamás inventada por aquellos cuya habilidad para inventar cosas (en su gran mayoría falsas y sin ningún fundamento) roza la perfección. En efecto, hablo de los dioses de la creación, cuyos poderes divinos y tendencia a contar mentirijillas sobre la HISTORIA y los orígenes de todo, no sólo son necesarios para su oficio, sino que también son su mayor pasatiempo (aunque los sudokus son también muy populares entre ellos, ¡y no nos olvidemos del Nintendogs!).

Pero principalmente, esta es una aventura de fantasía fantástica con épicas dosis de normalidad y monotonía. Aunque eso depende, por supuesto, de lo que entendáis por monótono. Todo empezó con una gran falacia, perdón, LA GRAN MENTIRA… Que no voy a contaros llegados a este punto reciente de la trama, porque se trata de un dato de vital importancia, cuyas palabras giran entorno al gran misterio que es esta historia tan previsible como la tostada que cae en el suelo untado, ¿o era la tostada la que estaba untada? No importa, la verdad es que mis conocimientos sobre esta, son más bien escasos, pero no dejéis que este súbito conocimiento merme mi credibilidad, porque la historia que estoy a punto de contaros posee grandes dosis de realidad.

Volviendo al tema que nos atañe, esta es la historia más importante jamás contada, que, por supuesto, esta basada en hechos reales y que ocurrieron de verdad (como la película de Titanic de James Cameron o El Señor de los Anillos). No, siento decepcionaros, pero este relato no trata sobre la Biblia ni ningún libro religioso conocido por el hombre y/o el ratón. Aunque si trata sobre religión, trata de un culto cuya superreligiosinidad es desconocida por cualquier mortal y no—muerto.

Para concretar aún más, esta es la historia de un muchacho cuyo nombre denota poder (en la mayoría de casos el poder de la risa), el nombre es: Estivaldo Ratonicus. Para los que os lo estéis preguntando, sí, este es el nombre de nuestro protagonista o al menos en quien se centrará la acción. El Héroe de héroes, el salvador, el que siempre se lleva a la chica y al que todo el mundo adora… o esto sería así si Estivaldo reuniera todas las cualidades necesarias. Por una cruel broma del destino o más probablemente por culpa de algún escritor desalmado, nuestro héroe es un joven quinceañero lleno de hormonas y acné más bien patético, sin ningún talento natural y cuya mediocridad es tan enorme que casi podría considerarse un don si no fuera porque la mediocridad en si, siempre es mediocre, incluso en sus niveles más épicos (el uso de la palabra épico tiene como finalidad darle la epicidad antes prometida unas líneas más arriba). Así pues, nuestro profesional licenciado en mediocridad (aunque la verdad es que ni siquiera tiene título) es un muchacho al que ni siquiera quieren sus padres, cuyo patetismo y patosidad son un peligro para el orden público y su propia seguridad. Todo esto seria pasable si Estivaldo Ratonicus fuera un chico listo y sagaz, pero la verdad es que no tiene muchas luces, que diantre, es TONTO, si, con mayúsculas. Sin embargo, tiene unas cualidades que van más allá de la normalidad (ahí es donde entra aquello que os he comentado del destino), su mera existencia mediocre es especial. Algunos de los científicos de hoy en día afirman que su abundante mediocridad elevó su existencia por encima de los simples mortales dándole un papel vital en la HISTORIA.

Toda historia que se precie empieza con una presentación digna del protagonista, pero esta historia no es para nada digna y mucho menos se precia de alguna manera en absoluto…