Hasta las estrellas.

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Estación de Policías de Piltover
Viernes, 6:49 p.m.

Vi dejó de lado los documentos que tenía trabajando, aunque se quedara toda la noche trabajando en ellos no terminaría ni de chiste, vio a su alrededor y notó que ya no había nadie, se levantó y se estiro lo mas que pudo, tomó su chaqueta del perchero de detrás de ella, apagó las luces del piso dejando encendida solo la del pasillo de las escaleras  y subió a la planta alta.
Las luces estaban apagadas a excepción de una de cual salía un haz de luz de por debajo de la puerta. Ella aun seguía trabajando.
Tocó la puerta un par de veces, no escuchó ruido, entró con cuidado. Lo primero que vio al entrar fue a la oficial dormitando sobre su escritorio rodeada de papeles. -¿Que haré contigo Cupcake? -pensó para si misma sonriendo de medio lado. Cerró la puerta despacio sin hacer ruido, sonó el clic del seguro. Apagó las luces de la oficina, quedando se ligeramente a oscuras.

Se acercó a la oficial -Eres demasiado linda -susurró a su oído. Lanzo su chaqueta a la silla de en frente. Finalmente decidió que dejaría dormir a su oficial un poco mas así que fue directamente al sofá que estaba ahí mismo y acomodó un par de cojines hasta que a su criterio fueron lo suficientemente cómodos para servir como cama improvisada. 
Tomó a Cait entre sus brazos  y con mucho cuidado de no despertarla, la alzó y luego la dejó sobre los cojines del sofá, tomó su chaqueta y la cubrió con ella. 
Finalmente le dio un beso en su frente.

Por unos momentos Vi observó a Cait, su rostro estaba tan tranquilo, sin perturbaciones, su respiración era lenta, apaciguada, durante ese momento Caitlyn estaba en paz.
Vi se recostó en el sofá mas pequeño que estaba justo al frente de donde estaba Caitlyn, cruzó sus piernas y dejó que su cuerpo se relajara un poco.

Al cabo de unos minutos Vi se quedó dormida.

Pasaron un par de horas antes de que Caitlyn despertara. Se sorprendió al verse sobre el sofá y con una chaqueta sobre ella, recordaba que el ultimo lugar donde había estado era el escritorio, entonces vio a una chica de cabello rosa estar semi acostada en el sofá frente a ella, sus ojos permanecían cerrados, dormitaba.
Caitlyn se quedó un par de minutos en silencio, no podía evitar dejar de verla, parecía alguien muy diferente a como era realmente.
Si bien Caitlyn sabia que ambas hacían un dúo increible y muy eficaz a la hora de atrapar malhechores en la ciudad, también sabía que Vi tenia cierto tipo predilección a la destrucción no concientizada y eso le había traído bastantes problemas al departamento policiaco. -Muchos han sido los que me han propuesto que te deje con la posibilidad de escoger a otro compañero pero -suspiro- ambas nos complementamos tan bien que no sería lo mismo el trabajo sin ti...ni mi vida -pensó para si misma. Sonrió.

Cait  cayó en cuenta de que ya era muy tarde, vio el reloj de pared 10:49 p.m. Tenían que ir a casa ya. -¿Ahora como te despierto? -se pregunto así misma. Un minuto pasó pensando en la mejor forma de despertarla. -Quizás sea una buena idea.

Con mucho cuidado de no hacer ruidos al levantarse del sofá, dio un par de pasos hacia su compañera, su corazón se acelero a mil por hora y sentía sus mejillas encendidas tanto que podía jurar que emanaban un color rosado de ellas. Recogió un mechón de cabello detrás de su oreja y se inclino hacia Vi, observó sus labios semi abiertos, sintió su respiración sobre sus labios, cerró sus ojos y dejó que su cuerpo la llevara a los labios de su compañera. 
Hubo un contacto húmedo y suave que duró a penas unos segundos pero que se apoderó de todos los sentidos de Caitlyn, por un momento solo existió aquel beso entre ellas.
De pronto sintió una mano subiendo por su cuello llegando a posicionarse por detrás en su nuca, Caitlyn se sorprendió al sentir una ligera presión sobre ella, el beso había sido correspondido y su plan había funcionado.
Un par de minutos pasaron, ninguna dijo nada para no arruinar ese momento, solo sonrieron y sus frentes quedaron una sobre otra. Luego, finalmente, Caitlyn hablo con un susurro.
-¿Quieres pasar el fin de semana conmigo?
-Contigo voy hasta las estrellas sin dudarlo -Vi siguió el susurro mientras frotaba gentilmente su nariz con la de Cait.
-Que romántica eres -suspiro.
-Solo contigo...



Fin.


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