Capítulo 3: El TRIPLE de diversión

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Jose leyó claramente los mensajes en pantalla. Se frotó los ojos y los releyó para estar seguro de que no había entendido mal las palabras escritas.
"Hey. Solo quería decirte que me caes bien. Ange me pasó tu insta."
El chico de pelo castaño frunció el ceño y se levantó en ambas piernas.
-¿Cómo...?-Murmuró para si. Tras sopesarlo un poco, respondió al mensaje, sin reverlar,e mucha información al desconocido.
"¿Quién eres?No me suena tu nombre de cuenta."
La cuenta respondió casi inmediatamente, y el mensaje que mandó hizo que a Jose le diera un ligero paro al corazón, por unos momentos.

Sus pupilas se quedaron clavadas en el texto.

"Soy Martín, te acuerdas? Es que me caíste bien. :)"

Jose sintió algo en el pecho, y le mandó un mensaje amigable de vuelta a Martín, lo cual condujo a una cálida conversación. Empezó siendo cordial, y lentamente se tornó en una temprana amistad.
Para cuando se hubo dado cuenta, ya eran las 2 y pico de la mañana. Le dijo buenas noches a su nuevo amigo, y apagó el móvil.

No le apetecía dormir aún, así que bajó a la cocina.
Había un olor distinto de lo normal en el aire, y el teléfono de su madre estaba olvidado en la mesa, algo cubierto de lo que asemejaba a azúcar.

-Ya está con sus antojos nocturnos otra vez...-Pensó el chico. Sus piernas lo llevaron hasta la despensa. Cogió un zumo de manzana y se lo llevó a hurtadillas a su cuarto. La cocina lucía descuidada y hecha un desorden, pero un desorden ordenado, por decirlo de algún modo. Las sillas tenían polvo sobre ellas y la mesa aún tenía los platos del mediodía sin recoger, abandonados sobre ella. Las ollas estaban sin fregar, y Jose supuso que las limpiaría al día siguiente él mismo.

Una vez en su cuarto, intentó imaginarse el día de mañana como algo tentador y apetecible. Ciertamente, si que tenía algo de ilusión por el siguiente día, al menos más de lo habitual. Martín le había explicado que podrían estudiar juntos de ahora en adelante, y de paso formar un vínculo de algún tipo, los amigos nunca sobran, no?

Sintió calidez al pensar en alguien que si que se preocuparía por él, al contrario que su madre...O su familia ya de plano.

Se tumbó en la cama y se abrigó con las sabanas, posando la cabeza en la suave almohada.Cerró los ojos y esperó a dormirse al fin.

El afeminado joven se encontraba caminando hacia el instituto, y en su mirada se cruzó una silueta familiar.
-¡Angeee!-Exclamó.El chico de pelo marrón oscuro y mechas rubias lucía cansado, y vestía una camisa negra con estampado y pantalones cortos, dejando ver sus pobladas piernas.
-Holii-Lo saludó el chico más bajo.
-Buenass. ¿Como amaneciste?-Jose evitó mencionar ninguna palabra con género. Aún le costaba acostumbrarse a tratar a Ange de niño y no niña, desde que salió del closet y le informó sobre el tema.

Habían pasado ya unas semanas desde que empezó a juntarse con Martín, y Ange había aprovechado para contarle a su grupo entero días después de que Martín se uniera a la pandilla. Jose se llevaba bastante con el chico rubio, que se presentaba como alguien más bien tímido, al que aún le estaba costando abrirse a Jose en cuanto a lo personal.

Anduvo hasta la puerta del instituto hon Ange, y se paró en la entrada a esperar a su amigo Martín, el cual estaba tardando en llegar.
Empezó a impacientarse, cuando un coche apareció frente a él y un chico rubio salió del mismo.

Reconoció el rosado rostro de su amigo, y se acercó a darle los buenos días.
-Perdón por tardar, he tenido un pequeño percance.-Su voz era tenue y algo quebrada, quizás por el cansancio.
-No te preocupes, no pasa nada.-Jose le sonrió e hizo ademán de meterse ya en clase, ya que la campana estaba a punto de tocar.
Ambos entraron a clase, y Jose se sintió bien de tener a un buen amigo para divertirse en clase.

La carpeta de mis sueños ×[Martin×Jose]× FANFICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora