Promiscuo {The Boyz}

||Cap 19|| Len

No todo podía ser de color de rosas. A las pocas horas de estar de regreso con los chicos, empecé a sentir varias presencias a la lejanía. New el cuál podía sentir, se acercó a mi asustado susurrándome si estaba sintiéndolo bien.

-Creo que debéis prepararos chicos.- Les dije mientras me levantaba.

-De que estás hablando Hye?.- Esta vez habló el líder.

- Han venido a buscarme y lo han conseguido, he intentado evitarlo a toda costa, intentando protegeros de todo, pero veo que al final lo han conseguido.- Susurro.

-De quiénes nos estás protegiendo Hye?.- Me decía Kevin asustado.

-De los demonios. Quieren acabar con mi vida y con la de Jacob a toda costa. No quieren que reine y que tenga por fin una familia. Están cegados por la avaricia.-

-Entonces...eso quiere decir que debemos de protegerte y estar preparados para luchar. Así que todos juntos. Pero..dónde está Sunwoo?.- Hyunjae decía mientras los demás mirábamos por todos lados intentando encontrar al pequeño demonio.

-Tengo un mal presentimiento con esto...- Me susurró Jacob en el oído.

En ese momento, alguien logró contactar conmigo, una voz grave y desconocida que me dejó petrificada ante la mirada de todos los chicos.

-Que pasa angelito, te han cortado la lengua a parte de las alas? Sal ahora mismo o sino tus amiguitos pagarán las consecuencias.-

- Quién eres y que quieres de mi.-

- Digamos que soy un viejo amigo de tu tío, la respuesta de lo que quiero ya la sabes, a ti. Por cierto, tengo a un amiguito tuyo de mi lado. Esta deseando devorarte y creo que le dejaré, ya que tu querido angelito sufrirá de esa manera si te ve con otro.-

- No te atrevas a ponerle una mano encima a nadie. Sunwoo!! Déjalo en paz.- Me levanté dispuesta a salir yo sola de la casa, pero unos brazos me lo impidieron.

- No pienso dejarte sola con todo esto, no salgas Hye. No quiero perderte.- Jacob me abrazaba fuertemente.

-O todos o ninguno, No permitiremos que salgas sola y que cargues con todo esto tú sola.- Q fue el que dijo eso esta vez.

-Lo eres todo para nosotros, juntos podemos con esto y con mucho más.- Dijo Sangyeon mirándome fijamente.

En ese momento opté por entrar en la mente de todos y obligarles en no venir conmigo. Todos accedieron ya que estaban medio obligados por mi, creí que era la mejor opción para todos. Accedí a salir y lo hice sola. Los miré a los ojos a todos y vi sus miradas de temor y rabia de no poder moverse ante su voluntad.

-Vaya vaya, has venido sola. Que pasa, me tienen miedo tus angelitos?.- Me dice el demonio .

-Que quieres. No voy a permitir que les hagas daño, arreglemos esto solo nosotros.- Le digo mirándole a los ojos.

-Sunwoo aquí tienes todo lo que siempre has querido, ahora toda tuya. Pero antes..- En ese momento, no esperaba que el demonio rápidamente y sin darme cuenta me amarrara el cuerpo entero sin poder hacer absolutamente nada y entrarme delante de Jacob junto a Sunwoo. - Hazlo aquí y ahora, quiero ver cómo se destruye el corazón de ese angelitos ante mis ojos.

- Hye hye, no debiste elegirlo a el...porque no a mi, tu has querido esto y las consecuencias son estas. Este demonio, llamado Len me ha abierto los ojos y porque no hacer lo que realmente yo quiero , soy un demonio al fin y al cabo.- Sunwoo dijo con una sonrisa pícara mientras se acercaba a mi.

En ese momento mentalmente intenté despertar a los chicos y avisar a mi tío, pero algo me desconcertó, sentí los labios de Sunwoo junto los míos y sus manos recorriendo mis brazos. Quise gritar y salir corriendo, no pude reaccionar hasta dentro de 10 segundos después donde logré retirar mis órdenes a los chicos y rápidamente llegaron donde me encontraba.

-Eres un impostor, te considerábamos amigo/hermano y ahora mírate, queriendo hacer daño a las personas con las que has estado todos estos años. Eres un traidor.- Decía Eric con un gran dolor en los ojos y en sus palabras.

- No todo es oro lo que reluce y estás son las consecuencias.- Respondió Sunwoo.

En esos escasos segundos de conversación conseguí liberarme de todo lo que me habían puesto para no moverme y me alejé de Sunwoo. Observé a mi alrededor y intenté llamar esta vez a todos los guardianes y ángeles a mi cargo, no solo a mi tío. Al mismo tiempo pude salir corriendo a gran velocidad fuera de la casa para crear un campo de fuerza dónde los chicos pudieran estar a salvo. Ese Len me siguió y consiguió darme un par de golpes que consiguieron hacerme caer.

-Voy a acabar contigo angelito, no vas a reinar nada, todo esto va a ser mío.- Dijo Len mientras intentaba darme un par de golpes.

-Sigue soñando. No voy a permitir que arruines todo y menos te voy a dejar a salvo sabiendo ahora quien realmente eres. No voy a permitir que vuelvas a intentar acabar con toda mi familia, mi tío se vengará de ti.- Le decía mientras intentaba alejarme de él.

- Eres astuta pero no tanto cómo yo. Crees que eres muy lista niñita, pero yo lo soy más.- Consiguió agarrarme y llevarme rápidamente a un precipicio.- Voy a acabar contigo.

- Olvídate de eso.- Apenas conseguí hablar, me estaba agarrando del cuello, estábamos solos, los chicos estaban en la casa con Sunwoo y mi tío no aprecia por ningún lado.

- Vaya vaya miren quién está aquí. Tu amorcito, últimas palabras antes de morir juntos?.- No sé de dónde salió Jacob pero Len lo agarró y conjuntamente a mi nos arrojó por el precipicio. Lo miré a los ojos y le sonreí. Nadie sabía mi secreto, nadie absolutamente nadie más que yo sabía que era la única persona del reino que tenía alas.

En ese momento agarré a Jacob le miré a los ojos demostrándole que todo estaría bien, lo abracé y abrí mis grandes y blancas alas. Me miró asombrado, sin esperar eso y lo besé antes de dejarlo sobre el suelo a muchos kilometros de Len. Durante mi aterrizaje observé a mi tío con todos los demás ángeles y protectores del reino. Me uní a ellos para luchar contra Len y su ejército que poco después llegó.

-Jacob, te amo. Espérame aquí, volveré para irnos lejos y vivir por fin juntos.-

- No. Esta vez no te haré caso. Contigo o sin ti, pero no a medias. Si tu caes, yo caeré.- Me decía mirándome fijamente a los ojos.