#001 «Have You Ever See The Rain»

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La primera vez que Xeno vió al pequeño Gen fue una húmeda y fría noche de febrero después terminar su participación en un simposium sobre física teórica, él había sido el último en exponer y aunque renegaba de la organización del evento, realmente fue bueno callar a todos esos viejos físicos engreídos que intaban menospreciarlo por ser alguien demasiado joven.

Bueno, quizá era de esperarse considerando que era un Omega que a los 21 años ya había terminado una licenciatura y estaba a punto de conseguir su maestría en ciencias del espacio, todo gracias a que desde muy pequeño dejó ver su enorme intelecto. Siempre fue un niño superdotado, fue gracias a eso y las grandes influencias de su padre logró saltarse tres años de educación secundaria.

En esos momentos de su vida todo iba de maravilla, su tesis de maestría acababa de ser aceptada por las más prestigiosas organizaciones científicas a nivel mundial y estaba por ser publicada, muy pronto conseguiría dar por finalizado su máster y muchas universidades lo invitaban a participar en congresos y simposiums como el de esa noche.

Y aunque no tenía la mejor de las relaciones con su padre; este por fin había aceptado su relación con Stanley, su amigo de la infancia y primer amor, un Alfa de cabello platinado amante de las armas que iba escalando en la milicia tan rápido que sorprendía.

Todo en su vida iba genial, era inteligente, guapo, de familia influyente y adinerada, destacado en el mundo científico y además su padre le había dado un lujoso departamento en la cuidad para que no tuviese que viajar por largas horas de casa hasta la universidad, tenía un gran auto (igualmente un regalo de su padre por su cumpleaños No. 20), su novio volvería en mes y medio de su viaje a Florida; justo a tiempo para pasar el celo de Xeno bien encerrados en su habitación y sin interrupciones ya que no tenía nada que hacer en la universidad por los siguientes tres meses que era cuando recibiría su certificado y todo lo demás.

Si, la vida iba perfecta y sin ningún inconveniente, a ese paso pronto conseguiría su doctorado y después de eso sería cuestión de tiempo para conseguir su tan ansiado trabajo en la NASA.



Esa noche caminaba sin prestarle mucha atención al bullicio de las calles, como había llegado tarde al mencionado evento no había conseguido un estacionamiento cercano al auditorio donde se había realizado y gracias a eso tenía que caminar varias cuadras hasta el lugar donde había dejado su auto, bien, esa era una de las desventajas de vivir en una ciudad grande pero esa noche su humor era demasiado bueno como para arruinarse por una simple caminata, aunque quizá eso cambiaría si es que las negras nubes sobre su cabeza decidieran soltar el aguacero que habían anunciado los de clima por mañana antes de que él llegara a su vehículo.

Sin muchas ganas de mojarse en una noche tan fría como esa decidió acelerar el paso y tomar unos cuantos atajos para llegar más rápido a su destino. Pero antes de conseguirlo sus pies se detuvieron a mitad de la acera, una extraña e incómoda sensación recorrió su cuerpo como aire frío bajo la dermis poniéndole la piel de gallina y agudizando sus sentidos. Un extraño y débil olor llegó a su nariz y un bajo ruidito resonó en sus oídos, como si sus piernas tomaran vida propia un bajo instinto lo hizo caminar casi automáticamente.

Fue así como terminó a mitad de un sucio callejón oscuro acuclillado frente a una caja que emitía sonidos raros, y aunque él no se consideraba la persona más conectada con sus "instintos Omega" como me gustaba a la gente llamar a un conjunto de reacciones fisiológicas generadas por un montón de hormonas y neurotransmisores secretados por su organismo debido a distintos estímulos, al final terminó haciendo lo que su cuerpo dictaba.

Movido por su curiosidad natural y la incómoda sensación en su pecho terminó levantando las telas que cubrían el contenido de la caja, ahí dentro de lo que parecía un cartón de mudanza estaba envuelto entre sábanas manchadas una pequeña bolita pálida que apretaba dos pequeñas y delgadas manitas en puño y soltaba chillidos bajos y extraños, como si estuviera demasiado cansado de llorar.

Coming Home [SenGen / StanXeno - Dr. Stone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora