[¹, ² temp]~¡Mᥙᥱ́strᥲmᥱ ᥙᥒᥲ soᥒrιsᥲ, qᥙᥱrιdᥲ!~ Aᥣᥲstor x T/N~

~2:13~

Narra T/N:

Barría tranquilamente la entrada del emporio, mientras algunos demonios pasaban frente a mí, dándome las buenas tardes.

La mañana había transcurrido con normalidad, a pesar de que Rosie se había ido desde muy temprano quedando yo a cargo del emporio mientras ella atendía sus asuntos. Pude atender a los clientes con sus prendas y entregarles los encargos que le habían pedido a Rosie, y, al final, despedirme de ellos tranquilamente. Me enorgullecía saber que gracias al tiempo que llevaba trabajando para Rosie había hecho que me acostumbrara a atender a los demás si quedaba sola y poder hacer otras cosas como limpiar y ordenar, cosa que no hubiese hecho bien desde que ella me acogió en su emporio.

"Uff... Al fín." Suspiré, feliz, y dejé la escoba recargada en la pared y llevé mis manos a mi cintura.

Había sido un día un tanto agitado para mí. Encargarme de tantas cosas a la vez había sido algo tedioso para mi cuerpo, pero me hacía feliz haber hecho bien mis quehaceres.

Entonces la puerta se abrió, haciendo que la campanita sonara y salió una mujer gordita con una bolsa donde estaba su vestido.

"Mira, ten el dinero. ¡Dile a Rosie que el vestido está hermoso de mi parte!" 

Agarré el dinero y lo guardé en el bolsillo de mi vestido, y le sonreí.

"Está bien. Lo haré. Que tenga una buena tarde. ¡Vuelva pronto!" Ella se alejó, tranquila. 

Agarré la escoba nuevamente y entré al emporio, con un gran alivio interior. Todos mis quehaceres estaban acabados. La cena estaba descartada. Rosie había dicho que iba a comprar algo para que ambas compartiéramos un momento juntas.

Ya eran las cinco de la tarde. En cualquier momento iba a llegar e iba a gritar mi nombre para dar a notar su presencia.

Dejé la escoba a un lado. Me acerqué a unos maniquís y arreglé la ropa de ésta y de otras hasta que oí que la puerta se había abierto.

"Bienvenido al Emporio Rosie, ¿qué necesi-...?" Me quedé callada al ver que era Alastor. Pero se me hizo raro al mirar que no tenía su abrigo puesto, mostrando tan solo su camisa roja con un tipo de cruz negra invertida en el pecho.

"¡Buenas tardes, cariño!" Dijo, con ánimos y se me acercó.

Me sobresaltó un poco su presencia. Sabía que Rosie no se había quedado de buenas con Alastor y era mejor no meterse en problemas con ella.

"Hola, Al, no pensé que te iba a volver después de la regañada que Rosie me dio con lo de anoche." Reí nerviosa. Él tan solo movió su mano en el aire, restándole importancia a eso.

"Oh, T/N, no le hagas caso a Rosie." Dijo con soltura.

"No creo que sea el mejor consejo."

"¡JAJAJA! ¡Bueno! Si tanto te gusta estar sometida por ella, no tengo ningún problema." Burló y miró sus uñas al ampliar su sonrisa. Vaya que su confianza al decir las cosas era algo rara.

Entonces fruncí el ceño, algo ofendida por lo que dijo. No estaba sometida a ella, solo hacía lo que me pedía. Rosie no me trataba como su esclava. Ella tenía cosas que hacer también y yo tan solo le ayudaba con lo más básico.

"¡Hey!" Me quejé. "Cuida tus palabras, Al."

"En fin, ¿dónde está Rosie?" Preguntó, mientras miraba a su alrededor.

"Salió."

"¿Salió?" Dijo y asentí ante su pregunta. "Oh, ya veo, qué desafortunado de mi parte."

Él hizo aparecer su abrigo, que estaba todo dañado.

"Tuve un reencuentro pésimo anoche con un viejo 'amigo' y pues mi abrigo quedó así, por eso estoy aquí."

Me acerqué más a él y observé el abrigo. Estaba muy dañado. No tenía planeado hacer algo, porque no sabía nada de costura y eso, y era mejor dejárselo a Rosie y evitar problemas con Alastor.

"También, mi presencia se debe a algo más, querida."

Alcé mi vista a él.

"¿El qué?"

"Bueno, ¿quién dijo que una pecadora como tú sería llamada por la reina para que vayas a su presencia otra vez?"

Sus palabras me dejaron un poco paralizada y tensa. Recordar lo que había pasado la última vez en la oficina de Charlotte me trajo el mismo terror y aquel dolor en mi muñeca izquierda, dolor que no pude disimular en ese momento.

¿Qué querían de mí ahora?

"¿Te pasa algo?" Me preguntó, ladeando con su cabeza.

Me agarré la muñeca con fuerza.

"Es algo difícil de explicar." Murmuré. "Tranquilo. Por cierto, ¿para qué me quieren ahora?"

Él me miró fijamente unos segundos. Su sonrisa se ensanchó. Su mirada era casi inexplicable para mí. Me miraba con algo de superioridad. No entendía qué le pasaba, pero me empezaba a incomodar y a hacerme dudar de repente.

"¿Alastor...?"

"Reencarnación." Dijo de repente. "¡Para eso te quiere, querida! Charlie siempre quiere buscarle solución a cosas sin sentido. Oh, me acuerdo de todo ese tema de la estúpida redención... Qué buenos tiempos."

Miré a un lado, no tan conforme con sus palabras.

"No creo que deba ir ahorita. Rosie en cualquier momento puede llegar. No puedo dejar el emporio solo. Los secuaces harían de las suyas." Dije, recordando las ocasiones donde los secuaces se volvían locos de repente e intentaban devorar a un cliente ¡e incluso a mí! Necesitaba mantener el control sobre ellos varias veces para evitar problemas y accidentes no deseados.

"No es muy apropiado hacer esperar a la reina."

"Hace poco estuve. No entiendo todo esto de 'reencarnación'. Parece una tontería. ¡O yo qué sé!" Exclamé algo alterada con el asunto.

No quería volver a lo mismo. Sentía que me querían usar para investigaciones o no sé. 

"No puedo ahorita, Al. Te agradezco el aviso, pero no puedo." Suspiré. "¿Me entregarías el abrigo? Se lo daré a Rosie cuando llegue." 

Él puso el abrigo en mis brazos tranquilamente y luego se inclinó, acercando su cara a la mía. Me analizó un momento hasta que al final pareció llegar a una pequeña conclusión en su interior.

"Algo ocultas, cariño." Susurró.

Me siento mal con Wattpad. Literalmente me dio problemas con esta y otra historia y llevaba así desde hace semanas, pero al menos tuve la oportunidad de reescribir varias veces este capítulo y quitar lo primero que había escrito que era puro relleno. 

Pido perdón por toda la demora, siendo ésta la historia que suelo actualizar más rápido en una o dos semanas. Espero que los problemas no sigan para que este fanfic se pueda concluir y empezar una historia que he tenido desde hace tiempo en mente. Rosie x FemReader, no es tan mala idea xd.

En fin, gracias por leer. ¡Cuídense!