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Mirando el ahora y el ayer, notaba cada diferencia del tiempo. Hace poco las mariposas se movían en su estómago y ahora solo estaba ese sentimiento tan vacío.
Ignorando cada consejo de la gente que rodea, no podía hacer nada, ahí estaban esos sentimientos que solo le hacían doler.

No empezó del todo, solo se inició para terminar como un tatuaje de gena, intentar con otra persona era tan horroroso. Por qué:

Un clavo, no saca a otro clavo, solo lo entierra mas.

¿Para que lastimar a otra persona? Mejor continuar con la vida que lleva hasta que esos pensamientos se borren como los tatuajes de gena.
Si tan solo lo suyo hubiera sido un tatuaje permanente no existiría el dolor de solo una parte o al menos solo conocemos el dolor de una sola parte.

No decía que el era un villano, tal vez el mismo era el villano o tal vez nada se formó por qué no hubieron más palabras. ¿Tenía que buscarlo? No lo sabía, realmente quería que lo diera en su cara.

Jung Hoseok, su mejor amigo desde que se mudó a su nueva casa, siempre estuvo ahí, siendo tan alegre y brillante como el sol, un chico que a cualquiera le cae bien con solo verlo, después de que este se mudará por dos años justo cuando ambos tenían quince. Hablar por llamada o mensaje era difícil, por qué tener la compañía era mejor.

Sin embargo, la espera para que el volviera duró dos años, dos largos años en los que miles de cosas sucedieron. Teniendo diecisiete volvieron a reencontrarse siendo ahora casi adultos.

Yoongi había conseguido un trabajo, era agotador sin duda, pero le satisfacía poder comprar sus cosas por el mismo, sin tener que pedir nada a su padre, solo eran el y su padre contra el mundo.
No era que su padre no podía comprar todo lo que el necesitaba, claro que podía, pero simplemente no le gustaba pedirle dinero, sabiendo que el también llegaba cansado del trabajo y estrés del día.

A una semana del regreso de Hoseok, este le invito a su casa a convivir con su familia, Yoongi se llevaba bien con la familia Jung, desde que esté se fue con su madre a Busan, Yoongi llevaba pequeños regalos para cuando ellos viajarán a Busan pudieran llevárselos a Hoseok, también este le enviaba regalos. Así que ir a la casa de los Jung era muy grato.
No conocía a toda la familia, eran muchos sin duda, pero si a los más importantes.

Ir a jugar y a pasar un rato con su mejor amigo y familia sonaba bien después de un día agotador de trabajo.

Cuando tenía catorce, se enamoró de un chico guapo, realmente fue amor a primera risa, por qué el chico era realmente gracioso, Jeon Jungkook, para sus cortos catorce años se le hacía un chico muy guapo y tierno, este le llevaba de corazones de papel, cartas, origamis bonitos etc.
Una relación de un año muy hermosa, lo que amaba hacer con el era salir al parque e ir a la banca donde se podía observar el sol ocultarse dando paso a los tonos oscuros. Una relación complice, su padre sabía de está, pero su madre no, le temía a su madre de una forma tan espantosa, así que ella se enteró cuando ellos ya tenían tres meses juntos. Un romance secreto pero hermoso.

La tinta del tatuaje -Namgi-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora