Arsonist's Lullabye

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Cuando era un niño, escuché voces: unas gritaban, otras cantaban. Cuando era un niño, descubrí que el poder vocal venía de las llamas, esas que pasaba viendo por horas. Cuando era un niño, hablé con el fuego.

Cuando tenía dieciséis, mis sentidos se ampliaron, y empecé a escuchar las voces en la gasolina. Cuando tenía dieciséis, mi mente comprendió que solo yo lograba percibir ese olor propio de las llamas, de la convulsión, de la explosión.

Cuando era un hombre, pensé que nuestra conexión había terminado cuando conocí el verdadero calor, el humano. Pero pronto me di cuenta que por muchos años que pasaran, por muy seco o húmedo que fuera el presente, mis piezas sólo estarían completas con las cenizas, con las llamas, con el fuego, con mis demonios.

Songs and their Short StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora