best friends [chaennie]

bffs and gfs (2)

En el departamento de Rosé, Jennie tomó un suspiro tembloroso y empezó a acortar la distancia que quedaba entre ella y su mejor amiga. La pelinegra inclinó su cabeza para besarla, sostuvo la cara de la rubia mientras lo hacía, sintiendo su suavidad. Podía saborear la dulzura en los labios de ella.

—Jennie. —la rubia suspiró y Jennie se derritió al instante.

Rosé rodeó su cintura con sus brazos mientras Jennie los envolvió alrededor de su cuello, besándola más fuerte. Cuando la más alta las guió hasta el sofá, se dejó caer en su regazo, y se sintió tan cómodo para ella, sentía que pertenecía allí.

—Dios, Rosé. —tocaba con las yemas de los dedos el pecho de la rubia, acariciaba su cuello... solo quería sentirla.

Se sentía tan suave y sólida contra ella, se sentía bien. Se presionó un poco más contra Rosé, la excitación empezaba a apoderarse de ella, las dos tenían las mejillas sonrojadas y los labios ya hinchados.

Jennie se movió a su cuello y presionó sus labios ahí,  Rosé se inclinó hacia atrás, exponiéndose para que continuara con su tarea y solo esa acción, hizo que el centro de Jennie palpitara. Siguiendo aquello, dejó un rastro de besos por todo su cuello, deleitándose con los sonidos que salían de la boca de su mejor amiga y ahora amante.

Ambas iban lentamente, sin apresurarse, la mayor extendió la palma de su mano contra el abdomen de la menor y la dejó descansar allí suavemente, sintiendo como los músculos se contraían, Rosé posó su mano en su muslo y le dio un apretón, incitándola a que continuara.

Los ojos de Rosé se veían tan hambrientos, hacían que Jennie se retorciera encima de ella.

La mayor se sentía en el cielo al mirar la obra de arte enfrente de ella, el boxing y el levantamiento de pesas definitivamente habían logrado efectos... observaba sus hombros, sentía su espalda, tocaba su abdomen, se sentía tan suave pero tan fuerte a la vez, era tan suave y sólida.

Y Jennie siempre había tenido una gran debilidad por esa mujer fuerte de corazón blando.

Sus lenguas continuaron enredándose, mientras las manos de Rosé recorrían el cuerpo en su regazo, le dio un apretón al trasero de Jennie y esta gimió. La más baja optó por tomar las muñecas de Rosé para así poder llevar sus manos hacia su blusa y tocar sus pechos por encima de ella.

—Sé que te gustan mucho. —le susurró en el oído para después alzar la blusa por sus brazos. —Eres una boob girl.

Rosé acortó la distancia entre ellas y fue por el beso, aprisionando sus propias manos en contra de los pechos de Jennie. Ese brassier negro de encaje era uno de sus favoritos. Deslizó una mano debajo del bra de Jennie, jugueteando con los pezones con sus pulgares y la pelinegra se retorció encima de ella, jadeando entre los besos.

—Puedo admirarlas todo el día. —respondió, mirando los pechos de Jennie tontamente y haciéndola reír.

De repente, se levantó con Jennie en sus brazos y la llevó hacia su habitación en medio de roces de lenguas. Apenas llegaron a la cama, Rosé se deshizo de la falda y de las bragas de Jennie y esta guió su mano hacia su centro. La rubia volvió a besarla cuando deslizó su mano entre los muslos de la pelinegra, tomando una respiración profunda al sentir la humedad.

Su mejor amiga estaba muy mojada y era a causa de ella.

Jadeó contra su boca, el movimiento de las manos de Rosé distrayéndola del beso. La menor aprovechó la oportunidad para tantear la zona de nuevo, llenando sus dedos de la humedad hasta llevarlos a su boca. Jennie la miró con los ojos muy abiertos mientras la otra chupaba los dedos, gimiendo ante el sabor. Sabía tan bien, y ahora estaba segura de que iba a disfrutar de aquel sabor constantemente.