¡NO ERES MI ALFA! || YOONMIN

Capítulo 2

Los señores Park eran dueños de uno de los hospitales más grandes de Seúl, debido a que ambos eran médicos cirujanos nunca tenían el tiempo suficiente para estar en casa sin embargo para Jimin no era algo que realmente le doliera ya que sus padres estaban salvando vidas, el era consciente de que su padre al ser un neurocirujano y su papi omega especialista en obstetricia ambos tenían mucho trabajo siempre sin embargo nunca pensó que ellos tomarían la decisión de viajar por el mundo a los países donde el sistema de salud era más precario.

Ojalá sus padres hubieran seguido sus sueños de ser bailarines profesionales, cuando se enteró que era lo realmente amaban, Jimin entró a la academia de baile, al menos de esa manera sus padres podían ir a verlos pues compartirían algo en común.

No obstante 3 años han pasado desde que los vió más de una semana, el omega comenzaba añorar esas festividades junto a sus padres, ni en navidad habían podido llegar, los niños de África pueden esperar. Como deseaba poder decir eso sin embargo era un pensamiento demasiado cruel para expresarlo, solo quería a sus papis de vuelta.

Lee buenas tardes -saludo al mayordomo y subió a su habitación, tenía tantas cosas en que pensar. La tentación era muy grande.

Tomó su celular y marcó esperando que en el lugar que estuvieren hubiese señal.

Al tercer tono una dulce voz sonó al otro lado de la línea.

¿Hijo? -preguntó su papi, Jimin estaba feliz de que tomara su llamada.

¡Papi! -chilló el omega- ¿Como estas? ¿Ya comiste? ¿papá donde está?

Tranquilo bebé, ambos estamos bien -la voz de su papi era tan suave que le hacía sentir feliz- ¿todo esta bien allá?

Si, hoy fue muy divertido... me dieron una propuesta -el omega dijo un tanto inseguro- esta la posibilidad de tener un solo...

Amor no puedo escucharte bien, ¿sucedió algo? Escuché algo de un solo ¿es correcto?

Si... bueno no, es aun no lo sé -se comenzaron a escuchar ruidos y el rubio intentaba hablar más alto.

¿Tendrás un solo de baile? -su papi omega se escuchaba feliz- amor eso es maravilloso, en cuanto te den la fecha dinos e iremos a verte

No, papi aun no... -de pronto escuchó un pitido y luego nada, al mirar su celular se dio cuenta que la llamada había terminado.

El pequeño omega aventó su celular a la cama, y se tiró en ella. Rodo durante un rato pensando que debía hacer.

Después de quedarse mirando el techo durante un rato no pudo más, debía hacerlo.