Capítulo 3.

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Me separo de Hanta en unos de los pasillos. Aun faltan varios minutos para el comienzo de las clases pero le pedí a Hanta venir antes para poder ir a la enfermeria por la quemadura... porque al final si fue un poquito grave.

Oigo un golpe en seco y volteo viendo a mi hermano recomponerse del piso, será  idiota. En parte es mi culpa, va mas dormido que despierto.

Yo estaría igual de haber dormido, pero el dolor no me dejo hacerlo.

Bakugou me las va a pagar.

Golpeo la puerta de la enfermeria desabrochando ya la chaqueta gris del uniforme. Luego de escuchar el adelante me sorprendo al ver a Bakugou sobre una de las camillas, esta sentado en el borde y tiene una paleta de dulce en su boca.

Finjo no verlo y veo a la pequeña mujer frente a mi.

Me presento ante Chiyo Shuzenji ya que jamas en mi vida me ha visto, aunque debe saber que entre por recomendacion supongo.

—Siéntate allí —Señala la misma camilla donde esta el rubio.

El sigue cruzado de brazos sin prestarme la mínima atencion.

La señora me indica que me levante la camisa.

Mucha privacidad hay aqui eh, por suerte el rubio explosivo no es un pervertido y ni siquiera miro de reojo.

Ella me extiende una paleta cuando termina y la observo unos segundos para luego meterme el dulce a la boca.

—Los estuve esperando todo el día de ayer, Aizawa me comunico que habian quedado heridos, pero tercos son —Dice la señora casi regañandonos.

—Tsk —Nos quejamos los dos a la vez, cruzamos miradas por una milésima de segundo antes de apartarla nuevamente.

—Les dare un pase para que lleguen a clase tarde.

—Estoy bien, no hace falta —Me adelanto.

—Se quedarán hasta que sanen, necesitan reposo.

Apenas empiezo y me pierdo otras clases.

—¿Eres hija de la heroína Akiro Akiyama, no es así? —Apretó las sabanas a mis costados.

—Ujum.

—Es una lastima lo que paso, ella estaba destinada a ser una heroina destacada —Trate de no demostrar nada frente a ella, y mucho menos frente a Bakugou.

—Si yo no lo recuerdo —Menti.

—No salen de aqui hasta que yo lo diga —La pequeña mujer sale de la enfermería.

Miro a Bakugou esperando que no diga nada, para mi sorpresa se me abalanzó encima haciendo que quede recostada sobre la camilla.

—Maldita extra ¡Me rompiste dos costillas! —Genial.

—¡Y tu me quemaste todo el maldito estómago! Casi me haces un maldito agujero —Exagero.

Lo aparto de un empujón y me levanto de la camilla.

Estoy por volver a colocar mi uniforme cuando nuevamente la mujer entra.

—Debes dejar que cure al aire —Le hago un nudo a la camisa dejando la herida a la vista y me siento nuevamente sobre la camilla, Bakugou aguanta la risa y disimuladamente le golpeo en la costilla que de seguro aun no sana.

La mujer se vuelve a ir dejándonos solo y yo solo me dedico a comer la paleta igual que Bakugou. Ninguno de los dos habla en un rato.

Vuelvo la vista a mi abdomen y noto que en el frente casi no hay rastro de la quemadura. Pero en el costado si y recuerdo que en parte tambien llego a mi espalda.

Amor explosivo [Bakugou Katsuki y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora