- Val...- dije confundido y bastante nervioso. Parecía que se me iba a parar el corazón en cualquier momento.
- ¿Te acuerdas de mi?- dijo arrastrando las palabras.
Se escuchaba música muy alta. Era obvio que seguía en aquella fiesta en la que se había encontrado con Calum y los demás.
- ¿No contestas?- preguntó riendo.
Estaba borracha. Pensé un instante que decirle pero cuando me atreví a hablar, ella colgó el teléfono.
- No Val, no me cuelgues por favor.- susurré demasiado alto mientras llamaba de nuevo a aquel número.- Cógelo, por favor.
Después de el estúpido intento de llamarla varias veces, decidí salir del baño e ir a la habitación con mi dulce chica. Pero cuando me di la vuelta, casi me da algo. Ella estaba allí. en la puerta. Con los ojos muy abiertos.
-¿Quién es Val? ¿Esto es lo que me ocultabas?- empezó a llorar con fuerzas.
- Verás, puedo explicarlo todo...- dije poco convencido.
- No quiero que me expliques nada. Vete de aquí.- gritó con la mirada desviada hacia el suelo.- Eres un verdadero capullo.
Salí corriendo de aquella casa, sin decirle nada más, sin saber dónde pasaría la noche. Como no tenía mas remedio decidí ir a aquella maldita fiesta. Así tendría posibilidades de ver a Val. Se que no estaba actuando de la mejor manera, nunca lo hago.
Llamé a Calum y le pedí que me recogiese en casa de Amy, sin contarle detalles.
Dijo que todavía no estaba borracho, lo cual me extrañaba.
En menos de cinco minutos se plantó frente a mi. Monté rápidamente junto a él.
- ¿Y los demás?
- Borrachos- contestó- no los he traído por que sabía que te había pasado algo y que con ellos aquí sería imposible hablar.
- Gracias tío.
- Deja de agradecer tanto y cuéntame.
Durante el trayecto le cuento a mi mejor amigo lo que ha ocurrido. Él me escucha muy atento, como hace siempre y no me interrumpió ni una sola vez.
Al terminar él explicó:
- Verás, se que estas muy liado con lo de Val. Pero también entiendo la reacción de Amy, ella no se merece esto. Creo que deberías explicárselo todo y acabar con esto por un tiempo, hasta que al menos te aclares las ideas. Se que harás todo eso. Pero al menos espera a mañana, cuando acabe la fiesta.
Asentí y le di las gracias otra vez. Él puso los ojos en blanco. Llegamos a los aparcamientos y entramos en lo que parecía ser una mansión. Estaba lleno de gente con vasos y cigarros en las manos.
Dentro nos reunimos los cinco. Alexia me pasó una vaso con alguna bebida cuyo nombre no recuerdo. Empezaron a debatir sobre un tema en el que no estuve muy metido. Mi cabeza estaba pensando en otra cosa. Amy. Valeria.
Unos gritos me sacaron de mis pensamientos. Me giré y no me sorprendí nada al ver a Calum metiendo la lengua hasta el fondo de la boca de Alexia. Esta escena se repitió toda la noche.
Calum me pasó mi séptimo vaso y lo bebí de un trago. Todo empezaba a dar vueltas. Me giré y entonces pude verla.
Ahí estaba Valeria. Tal y como la recordaba. Bailando con toda la cara empapada en sudor. Nuestras miradas se cruzaron y ella se acercó corriendo hacia mi. Me echó una mirada desafiante y se aproximó más a mi. Nuestros cuerpos se rozaron bajo la mirada nerviosa del grupo que estaba detrás de mi. Entonces, un poco ido por el alcohol, la cogí por la cintura y la besé dulcemente en los labios. Un calor se apoderó de mi, haciendo que el beso se tornara a apasionado. Pero entonces sentí como algo golpeaba mi cara. No podía creerlo. Al mirar hacia un lado me encontré a Amy con la cara descompuesta.