• 𝕴𝖓𝖙𝖗𝖔𝖉𝖚𝖈𝖈𝖎𝖔𝖓 •

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°Londres, Inglaterra

Era una mañana fresca en el antiguo continente, todas las personas de este continente estaban felices, no había muchos en estar tristes... parecía un día sacado de un cuento de hadas.

El sol que si bien no se dejaba ver bien, daba un calor veraniego muy agradable, las flores estaban siendo bañadas por el riego de la municipalidad...que más podría pasar?

-Amor por favor...yo- decía una chica de largo cabello almendra y piel llena de lunares...preciosa piel y ojos color verde...que a los ojos de su contrario sentía que estos podrían hacer la fotosíntesis.

-Canelita....ya te dije esto no es por ti, yo tengo un problema familiar, mi familia quiere tener una gran cantidad de dinero y por ello tendría que estar con una chica, la cual no amo- tomó delicadamente las manos de su contraria con una delicadeza única que solo él podía tratarla. -Te pido por favor mi dulce canela que no me olvides yo estaré siempre pendiente a ti, en cuanto arregle este problema iré a tus brazos-

El mayor plantó un beso en los labios de la contraria y ella solo abrazó por el cuello a su ahora ex-pareja. 

El tiempo pasó como una flor que va brotando...la belleza de aquella dulce chica fue notada por otros pero ella siempre se negaba, en cuanto a su ex-pareja el solo hacia su parte de ser la pareja de aquella otra chica por obligación, ambos ex-amantes se solían ver en los pasillos de aquella universidad y solo intercambiaban miradas, así eran todos los días, hasta que un día aquella chica dejo de ir a la universidad cosa que al chico preocupó demasiado.

-Perdón pero tu eres Francia no?- preguntó aquel chico al ver salir a la chica con la que siempre veía hablar con su amante.

-Quien pregunta?- era una chica muy hermosa de ojos celestes como el cielo y cabello tan oscuro como el carbón.

-Sabes algo de tu amiga? ya sabes la de lunares en el rostro y cabello almendra-

-Uy, como no voy a saber de ella? ella está en un gran lío su padre la botó de la casa por que se enteró que los pájaros le traen una bendición- sus facciones habían cambiado y seguían cambiando con cada letra que decía.

Las palabras se le hacían muy lejanas y confusas solo resonaba la idea de que estaba embarazada y que posiblemente seria su culpa. 

-Oye! no me dejes con las palabras en la boca!- dió un pisotón aquella francesa mientras veía a aquel muchacho de no más de 1.75.

La mente de aquel chico solo decía la palabra "culpa" no le importaba perder la ultima clase...si era su culpa estaba más que seguro que él cumpliría por el bienestar de ambos, del bebe y de la madre de este. 

A pasos largos llegó a la casa de su amada, dudó si tocar sería la mejor opción, con un gran nudo en el pecho decidió por fin tocar...muy mala decisión.

-Así que usted es el jovencito que puso a mi hija en cinta-

-Buenas tardes mi nombre es ...- No pudo ni pronunciar su nombre por que un gran impacto llegó a su cara. -Señor yo se que está enojado pero yo....yo me haré cargo de su hija y de el bebe y AAAAAA- correr era lo que estaba grabado en su mente, correr y correr al ver al hermano de su ex-enamorada corriendo hacia él con un instrumento para cortar pizzas.

-Vente para acá mocoso de mierda!- El pobre muchacho salió corriendo como bala sin importarle quien estuviera en su delante, así fue hasta que llegó a la plaza en donde una mano lo jaló en unos arbustos.

-Pero qu- fue callado por un beso en la mejilla -Canelita!-

-Amor....como estas?- el mayor inspeccionó a su contraria viendo que tenia la ropa limpia y planchada, algo ancha pero era suficiente como para cubrirla de cuerpo entero. 

•En Un Cuento De Hadas• Countryhumans Donde viven las historias. Descúbrelo ahora