La psicología se ha convertido en un tema sobre el cual mucho se habla pero que, con frecuencia, muy poco se conoce. Es común observar cómo ciertas personas al encontrarse con un psicólogo, lo asedian con preguntas del tipo: "Muchas veces sueño con esto ¿Que significa?" "Soy timido, hay remedio para mi mal?" "Mi niño tiene casi ocho años y aún se chupa el dedo ¿Qué puedo hacer?". Por supuesto, estas personas esperan que la respuesta se les dé con carácter categórico, como que dos mas dos son cuatro, y que actúe como una varita mágica para resolverles el problema de una vez por todas. En el otro extremo se hallan las personas que al encontrarse ante un psicólogo adoptan una actitud de escepticismo o de molestia, una actitud defensiva, como si temieran ser analizadas y "descubiertas" al primer vistazo en sus más intimos pensamientos y sentimientos. Ante esta clase de actitudes, sean de desconfianza o de confianza excesiva, cabe decir que tan mala es la una como la otra, ambas carecen de fundamento real.
Si continuamos pensando que la psicología es una especie de don mágico, será dificl comprenderla como un hecho científico, y, en realidad, la psicología es una ciencia.
Al afirmar que la psicología es una ciencia se pretende decir algo que bien vale la pena aclarar. El objetivo de la ciencia es conocer los fenomenos, es decir, describir sus particularidades y explicarlos para poder después preverlos y controlarlos. Lo que llamamos sentido común comparte el mismo objetivo: por ejemplo son muy generalizadas las creencias acerca de que la inteligencia de una persona es proporcional al tamaño de su frente, que la adversidad nos hace fuertes, y otras similares. Lo cierto es que estas afirmaciones pueden ser fácilmente falsas. Otro tipo de creencias pretenden algo similar a lo que la ciencia busca, muchas personas recurren a amuletos, números, pequeños objetos de "buena suerte" y talismanes. En otras palabras, fuentes de seguridad que "deben" estar a su alcanze en las situaciones dificles.
Lo que hace de la psicología una ciencia es la forma en que llega a sus conclusiones: los psicólogos rechazan aquellos datos que provienen de observaciones y de experiencias subjetivas e incontroladas, mientras que recogen sólo los datos objetivos y repetibles.