CAPITULO 9

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Lo que no esperaba ninguno de los dos implicados era recibir un aviso de García comunicándoles que había un nuevo caso, justo a primera hora de la mañana del domingo.

No había habido ni llamadas de teléfono ni mensajes durante la noche. Emily aún estaba tratando de asimilar lo que había ocurrido y Morgan consideraba que esa conversación tendría que ser cara a cara, por lo que su primer contacto después de su impulsivo encuentro, ocurrió en el avión, con todo el equipo presente y rumbo a Miami.

A través de la pantalla, García les había resumido el caso y mostrado las fotos de los dos asesinatos que se habían producido en apenas una semana. Ambas víctimas eran hombres conocidos de la alta sociedad por lo que había especial presión en encontrar al sudes.

Debido a eso Strauss había irrumpido vía telefónica en un par de ocasiones.

— No va a dejarnos trabajar tranquilos— Auguró Reid. Su atención se centró entonces en Rossi— ¿No puedes hacer algo?

El italiano le dirigió una expresión sorprendida.

— ¿Por qué todos creéis que tengo tanta influencia en Erin?

No hubo respuestas, sólo intercambios de miradas muy significativos. Cierto era que nadie podía afirmar taxativamente que entre el italiano y Strauss hubiera algo más que una buena relación, pero la duda siempre había estado ahí. Emily sonrió y se encontró con los ojos curiosos de Morgan. A su entender Rossi no era el único en aquel avión que ocultaba ciertos aspectos comprometidos de su vida privada al resto.

Aterrizaron en Miami casi dos horas y media después, y como conocían perfectamente la zona - no era la primera vez que trabajaban con la policía local - se dirigieron directamente a la comisaría para conocer de primera mano los datos que manejaban hasta el momento.

Aprovechando que Emily había quedado algo rezagada, Morgan la retuvo justo antes de entrar.

— ¿Me estás evitando?— Le susurró

Su pregunta no era gratuita. Durante el vuelo Emily había optado por sentarse lo más alejada posible de él y había rehuido su mirada en varias ocasiones. Además, al bajarse y repartirse entre los dos vehículos que habían puesto a su disposición, Emily había esperado a comprobar cuál elegía Morgan para viajar en el otro.

Emily dirigió sus ojos primero hacia el interior de la comisaría donde ya se encontraba el resto del equipo y luego hacia Morgan.

— No, claro que no... ¿Qué estás diciendo?— Intentó dar un paso pero él volvió a impedírselo.

— ¿No? ¿Seguro?

Ella simplemente no podía creerlo.

— Derek... Nos están esperando...— Le recordó señalando hacia el grupo de perfiladores. Pero lo cierto era que su reproche la había puesto nerviosa— Por favor...— Le rogó con un suspiro— ¿Podemos hablar de esto en otro momento? ¿A solas?

Por fin Derek desistió y la dejó continuar hacia el interior de la comisaría, donde para su sorpresa los aguardaba alguien que no habían visto durante años.

— ¡Derek!— Saludó entusiasmada una hermosa mujer de tez morena y cabello oscuro— ¡Qué alegría volver a verte! He de decir que confiaba en que vinieras...

Emily resopló La detective López. Sólo Tina para Derek. ¿Cómo era posible que se hubiera olvidado de ella? Habían coincidido en un caso hacía cuatro años, donde también había intervenido Will Lamontagne. No había parado de coquetear con Morgan durante toda el tiempo en que habían permanecido allí, y tenía sus sospechas de que una vez terminado el caso había ocurrido algo entre ellos.

PEQUEÑAS PALABRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora